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EDITORIAL
EDITORIAL

Es para mi un honor escribir la editorial de esta revista, en los últimos 50 años nues-
tra comprensión en el estudio y tratamiento de los trastornos de personalidad ha
sufrido un cambio considerable, autores como Kernberg o Gunderson establecieron
las bases sobre la categorización y comprensión de los trastornos de personalidad ,
luego por fin después de décadas de fracaso terapéutico Marsha Linehan consiguió
el primer artículo que demostraba evidencia en el tratamiento de los Trastornos de
personalidad, luego llegaría otros tratamientos como la Psicoterapia Centrada en la
Transferencia, la Terapia basada en la mentalización y hasta un total de 13 tratamien-
tos que han demostrado su evidencia. Con la llegada de las nuevas clasificaciones el
acento se ha puesto en la funcionalidad y en aspectos tan relevantes como la iden-
tidad y el aspecto relacional; nuestros tratamientos siguen siendo poco efectivos,
algunos estudios hablan de una tasa de remisión de síntomas de un 50% y eso que
hemos conseguido un gran avance en los últimos años. Es hora de pensar en los as-
pectos más nucleares del trastorno y atender también los aspectos más subjetivos
de la vida de nuestros pacientes, toca pensar ya en el concepto de la rehabilitación
y la recuperación y proponer una mirada más amplia hacia los contextos. Pensar
en los contextos implica una mirada hacia las familias, hacia las administraciones
públicas que desatienden de manera clara un problema grave de salud que afecta a
las personas que lo padecen y sus familiares. Es preciso una mirada hacia los progra-
mas de empleo y de alojamiento alternativo para un subgrupo de estos pacientes
muchos de los cuáles terminan consumando el suicidio. Esta edición permite una
mirada y una reflexión sobre el tema por parte de compañeros que llevan la mayor
parte de su vida en la atención a este tipo de pacientes y los cuáles admiro, es la hora
de que los trastornos de la personalidad dejen de ser el patito feo de la psiquiatría y
que nos coloquemos en una visión más integradora y con una perspectiva basada
en la funcionalidad y en la recuperación. Invito al lector a poder leer en los siguientes
artículos distintas propuestas de intervención y reflexiones profundas. Tal vez des-
pués de muchos años ya es hora de hablar no sólo de remisión de síntomas sino de
recuperación y funcionalidad, debemos incluir la perspectiva en primera persona y
tenemos que seguir luchando contra el estigma a todos los niveles que estos pacien-
tes despiertan no sólo en la mayor parte de nuestros compañeros sanitarios sino en
los organismos estatales que toman las decisiones sobre dónde intervenir en po-
líticas de salud. Los que trabajamos en esto sabemos del sufrimiento de nuestros
pacientes, es hora de un relato de esperanza después de muchos años de investiga-
ción y estudio, ahora falta acoplar todo nuestro conocimiento en mejorar la calidad
de vida de nuestros pacientes a corto y largo plazo y esta edición de la revista es un
buen ejemplo de este propósito. Espero que el lector cambie su concepción sobre
los trastornos de personalidad ahora que ya estamos en una mayoría de edad sobre
los trastornos de personalidad.

Fernando Rodríguez Otero.

Psiquiatra Coordinador del programa Ambulatorio Intensivo de Trastornos de per-
sonalidad de Gran Canaria.