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EDITORIAL

Salud física y salud mental

José J. Uriarte

Presidente de la FEARP

   En agosto de 2009, y en el contexto de un mono-           como la enfermedad isquémica coronaria y esta dife-
gráfico dedicado a la esquizofrenia, Lancet dedicaba un      rencia, lejos de reducirse parece haberse incrementado
comentario referido a los escasos avances en los últimos     en los últimos años. Existen barreras que limitan el
años en la mejora de los cuidados de salud física en las     acceso a los cuidados adecuados de salud física para esta
personas que padecen trastornos mentales graves en           población; algunas de ellas se relacionan con sus difi-
general, y esquizofrenia en particular, y la persistencia    cultades para los cuidados básicos de salud y para solici-
de una menor esperanza de vida en este colectivo. Los        tar atención sanitaria de forma efectiva, así como de sus
datos a los que el comentario hacía referencia proceden      hábitos (tabaquismo, sedentarismo, alimentación...).
de un estudio realizado en Finlandia, pero parece extra-     Otros derivan del estigma y la discriminación, que aún
polable a otros contextos asistenciales de países desa-      está presente en muchos ámbitos del sistema asistencial.
rrollados, en el que se pone en evidencia que en los         Como consecuencia, la calidad de la atención médica que
últimos 10 años, la diferencia en la esperanza de vida       reciben las personas con enfermedades mentales graves
de las personas con esquizofrenia y la población gene-       es a menudo inferior a la que recibe la población gene-
ral se mantiene invariable.                                  ral. Este último punto parece especialmente relevante,
                                                             ya que sugiere que el hecho de padecer un trastorno
   El caso es que las personas que padecen trastornos        mental grave puede, por si mismo, condicionar el acce-
mentales graves, y muy especialmente las que padecen         so y la calidad de la atención a los problemas de salud,
esquizofrenia de curso crónico, tienen una mayor inci-       incluso en entornos en los que el acceso a la atención
dencia, prevalencia, morbilidad y mortalidad derivada        sanitaria es universal y equitativo.
del padecimiento de patologías físicas crónicas. Incluso
en países, como la propia Finlandia, en los que el acce-        Un primer paso parece desde luego tomar concien-
so a las prestaciones sanitarias es universal y de calidad,  cia de este hecho. Y quizás habría que reconsiderar las
su esperanza de vida puede llegar a ser de hasta veinte      prioridades de nuestros servicios asistenciales, y su
años menor que la de la población general. La coexis-        capacidad para atender las necesidades de cuidados de
tencia de una o varias enfermedades físicas tiene un         salud mental y de salud física de una manera integrada
impacto significativo sobre la calidad de vida y sobre el    y efectiva. Por un lado, los profesionales de la salud
estado psicopatológico de las personas que padecen           mental a menudo hemos vivido de espaldas a los pro-
enfermedades mentales graves.                                blemas de salud física, o los hemos relegado a un
                                                             segundo plano. Los conocimientos y la formación en
   Los motivos de esta dramática situación son muy           este ámbito ha sido tradicionalmente algo secundario,
diversos; la tradicional separación asistencial entre los    y la actitud ante dichos problemas de salud, con fre-
sistemas de atención a la salud física y a la salud men-     cuencia escasamente asertiva. La incorporación en los
tal ha dificultado una atención integral e integrada de      planes de cuidados de sistemas efectivos de detección,
ambos aspectos, especialmente en el caso de las perso-       tratamiento y seguimiento de los problemas de salud
nas con enfermedades mentales graves. Aún en la              física dista mucho de ser una práctica cotidiana, y
situación actual de normalización e integración de           como consecuencia el abordaje de patologías como la
la atención a la salud mental en los servicios sanitarios,   diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovas-
siguen existiendo barreras que favorecen que la calidad      culares o las infecciones por VIH y VHC puede no ser,
de la atención a los problemas de salud física de esta       ni mucho menos, el óptimo deseable.
población no sea la adecuada, con consecuencias rele-
vantes sobre su expectativa y calidad de vida.                  Por otro lado, los profesionales de la salud ajenos al
                                                             ámbito de la salud mental, a menudo carecen de los
   El hecho es que las personas que padecen enferme-         conocimientos y habilidades necesarios para tratar de
dades mentales graves tienen, en general, peor salud         forma adecuada a las personas con enfermedad mental,
física que la población general, y que algunas enferme-      especialmente a aquellas altamente sintomáticas,
dades físicas parecen afectar de forma especial a esta       carentes de apoyo social y familiar y con mayor dis-
población, por ejemplo la Diabetes tipo II. La mortali-      capacidad. Pero no es sólo una cuestión de conoci-
dad debida a problemas de salud física es mayor en las       mientos; el estigma condiciona la actitud hacia estas
personas con enfermedad mental grave que en la pobla-        personas no sólo en la vida cotidiana, sino también en
ción general, especialmente en algunas patologías

                                                             Rehabilitación Psicosocial 2010; 7 (1 y 2): 5-6 5
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