Page 195 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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Antes de entrar en la descripción de los sentimientos comunes y, que tal vez, en alguna de las sesiones anteriores
ya hayan sido expresados por los familiares, se hará una invitación para que cada familia pueda comentar lo que
ha sentido. Tal y como fue señalado en las sugerencias para la conducción del grupo, se intentará evitar preguntas
muy directas. No obstante, y en determinados momentos puede resultar conveniente invitar a las familias,
incluso una a una y sin forzar, a que expresen su opinión o vivencias. En esta sesión resulta recomendable.
Convendrá, en la medida de lo posible, que ninguna familia quede sin expresar lo que ha sentido. Si algún
familiar no lograra expresarse, convendrá abordarle al término de la sesión y preguntarle cómo se encuentra o
que opina sobre los contenidos tratados en el grupo.

Se hará una explicación detallada de los sentimientos más comunes.

Los profesionales deben centrarse en los sentimientos expresados por el grupo, pero si fuese preciso podrán
utilizar otros ejemplos de su práctica clínica, o rescatados de otros grupos familiares.

Por ejemplo, el sentimiento de ira no es frecuentemente expresado. Se podrá facilitar su expresión comentando
algunos ejemplos de otros grupos... “en un grupo de familias, una madre comentaba que había deseado en
alguna ocasión empujar a su hija al cruzar una calle, para que le atropellara el autobús que venía.”

O, por ejemplo, el sentimiento de impotencia y de desear acabar con todo, “una madre de un grupo comentaba,
que había pensado montar a su hijo en el coche y suicidarse con él arrojando el coche por el puente” En otro
grupo, una madre comentó que “había pensado suicidarse con su hija, dándole muchas pastillas y luego tomarlas
ella”.

Son sentimientos normalmente inconfesables y cargados de culpabilidad. Su expresión es poderosamente
catártica y contribuye a la elaboración del duelo.

Describir estas reacciones de los familiares como respuestas comunes facilita su expresión incluso en el caso de
que les pueda parecer poco razonables o inconfesables.

Habitualmente los familiares participan activamente desde las primeras descripciones que se realizan, por lo
que la tarea más difícil suele ser la de mantener un equilibrio entre los elementos catárticos y la contribución al
mejor afrontamiento de la enfermedad.

No obstante, cada grupo familiar es distinto y la facilidad para expresar emociones y vivencias puede variar aún,
cuando se trate de “cosas del pasado”. Por ello, los profesionales deberán intentar ser dúctiles y flexibles. En la

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