Page 197 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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Disgusto. Ira. Rabia:
Hay que presentar la rabia e incluso la ira como un desenlace perfectamente previsible de la frustración crónica.
También hay que insistir en que no necesitan justificarse por ello. Las racionalizaciones suelen impedir su
manejo. Por lo general, esas racionalizaciones son del orden de: “si no fuera tan vago, si se esforzara, si nos
hiciera al menos un poco de caso, si no manipulara tanto”
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Para la descripción de las conductas comunes se sigue la misma estrategia. Primero, invitación a las familias
para que comenten lo que han hecho o hacen actualmente, y después el detalle de cada conducta.
A los familiares les resultará mucho más fácil referirse a sus conductas cuando el clínico las valida catalogándolas
como normales y comunes. Se debe dar a los esfuerzos espontáneos de las familias todo el reconocimiento que
les corresponde, sin entrar por ahora, a señalar los límites de su eficacia.
Nuevamente, los profesionales se apoyarán en lo comentado por las familias. Y si fuese preciso podrán acudir a
su experiencia con otros grupos.
En algunos casos, alguna imagen puede llegar a conmover a alguna familia. Por ejemplo, en un grupo reciente,
una madre rompió en llanto al ver la imagen relacionada con la desatención de otros familiares, y comentaba
que “una hija menor le llegó a decir que quería tener una enfermedad como la de la paciente, porque ella solo
atendía a su hermana”.
Las conductas comunes que se recogen en la imagen son las siguientes:
Intentos de normalizar:
La respuesta inicial más común es la tentativa de adaptar sin grandes violencias las rutinas familiares, intentando
incorporar las pautas de conducta del paciente. Este mecanismo puede ser eficaz ante grados leves o moderados
de disfunción, y es tanto más eficaz cuanto más gradual. Lo frecuente, sin embargo, es que pierda su eficacia a
medida que avanza la enfermedad.
Razonar. Persuadir. Rogar:
Un comportamiento muy frecuente es el recurso a los ruegos, los halagos y la persuasión más o menos razonada,
en la creencia de que el paciente podrá controlar sus síntomas y someterlos al principio de realidad. Esta es una
tentativa que suele persistir mucho más allá de la evidencia, pues los familiares se resisten a elaborar de forma
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