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Aspectos psicosociales asociados a la recuperación en el Trastorno de Personalidad Límite
Cuando hablamos de evolución del TLP a lo largo del tiempo los estudios distinguen habitualmente entre dos conceptos:
remisión y recuperación. La remisión se entiende como la ausencia de síntomas, e implica dejar de cumplir criterios del
trastorno. La recuperación se refiere remisión sintomática unida a funcionalidad, y hace referencia a un buen desempeño
laboral, ocupacional y social. Dos pueden considerarse trabajos referentes en el campo de la evolución a largo plazo del
TLP. Uno es el McLean Study of Adult Development (MSAD)(10) que cuenta con 290 pacientes con TLP y un grupo control
de 72 pacientes con otros trastornos de personalidad. Según el MSAD, 99% de los pacientes alcanzan la remisión tras 16
años de seguimiento y entre 50 y 60% se recuperan entre los 16 y los 20 años de evolución (11–13). El otro es el Collabora-
tive Longitudinal Personality Disorders Study (CLPS), con 175 pacientes con TLP que son seguidos anualmente. Encuentran
que, a los 10 años de seguimiento, 85% de los pacientes alcanzan remisión mantenida y el 21 % alcanza una funcionalidad
óptima, si bien estos autores manejan criterios más exigentes de recuperación. (14,15).
Es decir, la evolución del TLP, especialmente en cuanto a sintomatología, es favorable, pero aún queda mucho por hacer
y entender en cuanto a la recuperación funcional. Esta brecha entre remisión y recuperación (16) puede deberse a aspec-
tos relacionados con el tratamiento a largo plazo, factores psicosociales, estigma u otros elementos no estudiados. Los
objetivos de este trabajo son calcular las tasas de remisión y recuperación del TLP a largo plazo en una muestra española
e identificar los factores psicosociales asociados a la recuperación. La identificación de factores asociados al pronóstico
puede ayudar a comprender los facilitadores de la evolución y adaptar las intervenciones y tratamientos que ofrecemos a
estas personas, desde un modelo centrado en sus necesidades y apoyado en datos.
MÉTODO
Participantes
Contamos con una muestra inicial de 156 personas con diagnóstico de TLP que habían sido atendidas en la Unidad de
Trastornos de Personalidad (UTP) del Hospital Clínico San Carlos de Madrid entre los años 2005 y 2011. De estos 156
pacientes iniciales, 21 han fallecido, 30 no son localizados para la evaluación de seguimiento y 15 rehúsan participar en el
estudio. La muestra final está formada por 90 personas, sobre las que se realizan todos los análisis del presente estudio.
Procedimiento
Los pacientes se localizan de forma retrospectiva, por vía telefónica y son informados de las características de la inves-
tigación que se va a llevar a cabo, aceptando su participación por ese medio. La evaluación consiste en una entrevista
telefónica en la que se aplican las pruebas descritas en el apartado “Instrumentos de evaluación”. Todas las entrevistas
son realizadas por la misma persona, facultativa especialista en psicología clínica, en una sola sesión, sin que se realicen
seguimientos posteriores.
Instrumentos de evaluación
1. Cuestionario sociodemográfico. Ad hoc y heteroaplicado, recoge las siguientes variables psicosociales: Fecha
nacimiento, Género, Edad actual, Nivel educativo, Estado civil, Tipo de convivencia, Ocupación, Incapacidad
Legal, Minusvalía, Pareja, Número de hijos, Problemas legales.
2. Entrevista Diagnóstica Revisada para Trastorno Límite, (Revised Diagnostic Interview for Borderlines, DIB-R)
(17) en su versión española (18). El DIB-R es una entrevista semiestructurada que evalúa la presencia y grave-
dad del TLP en los últimos dos años. El punto de corte para el diagnóstico en la versión española se establece
en 6, siendo las puntuaciones totales iguales o mayores de seis indicadoras de TLP(18).
3. Global Assessment of Functioning (GAF) o Escala de Evaluación de la Actividad Global (EEAG) (19) extraída del
DSM-IV-TR (20) permite al profesional medir el nivel de funcionamiento general a nivel individual, incluyendo
el funcionamiento psicológico, social y ocupacional académico, en un rango de 1 a 100. Está basada en un
continuo entre salud y enfermedad mental y está dividida en 100 puntos, representando 100 el máximo nivel
de funcionamiento y 1 el mínimo nivel de funcionamiento. Constituye el eje V de la evaluación multiaxial en el
DSM-IV. Se evalúa por medio de entrevista clínica heteroaplicada, y su puntuación se divide en rangos de 10
puntos de menor a mayor.
Análisis estadístico
Se lleva a cabo un análisis descriptivo de todas las variables de la muestra total. En aras de la uniformidad de los datos,
algunas variables se categorizan. Las variables cualitativas se presentan con su distribución de frecuencias. Las variables
cuantitativas se resumen en su media y desviación estándar (DE). Aquellas variables que no siguen una distribución nor-
mal se presentan con mediana y rango intercuartílico (RIQ). También se calcula el tiempo de evolución de cada paciente,
según el tiempo transcurrido desde su evaluación y estancia en la UTP y la evaluación de seguimiento realizada para esta
investigación.
Se hallan las tasas de remisión y recuperación para la muestra total. Tomando como base la literatura(10) se operativiza
como remisión una puntuación total menor de 6 en la prueba diagnóstica DIB-R y como recuperación una puntuación
menor de 6 en la prueba diagnóstica DIB-R junto con una puntuación mayor de 60 en la escala GAF de funcionalidad.
La muestra total es dividida en dos grupos según la evolución (recuperados / no recuperados). Se utiliza una prueba Chi
Cuadrado para comparar a los grupos divididos según evolución en las variables cualitativas. Cuando las frecuencias teó-
ricas incluyen frecuencias que son inferiores a 5, o cuando las sumas marginales del conjunto de datos (sumas por fila o
por columna) son muy desiguales, se aplica la prueba exacta de Fisher. Algunas variables cualitativas con varias categorías
Rehabilitación Psicosocial - Volumen 20 nº 2 - Julio - Diciembre 2024 23