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Percepción de la impredecibilidad emocional de las personas con Trastornos Mentales Graves
cuestionario ad.hoc del estudio, y grupo control, quien
previo al pase de cuestionario recibió información sobre
salud mental.
Dentro de los múltiples materiales gráficos, se valora
muy ajustadas a este trabajo las utilizadas en el estudio responden no estar de acuerdo con la afirmación. Si
de Pelc et al.4, donde se identificaba el grado de
reconocimiento de expresiones emocionales faciales en
personas con TDAH.
Además del grupo experimental, la encuesta se
realizó a un grupo control, de igual número de muestra
que el primero. Este grupo control recibió una
información proveniente de la campaña “Hacia una
salud mental positiva: Refresca tu mirada” (Anexo 3).
Esta campaña fue puesta en marcha en 2007 por la
Subdirección de Salud Mental del Servicio Extremeño
de Salud, considerando este material clave por provenir
de la máxima autoridad sanitaria en el ámbito de
estudio.
El universo de estudio será la población comprendida
entre los 18 y los 65 años de la Ciudad de Badajoz. Se
seleccionó esta franja de edad por ser la edad de
atención en los CRPS.
Según los cálculos realizados (mediante la
herramienta informática para la obtención de muestras
disponible en www.netquest.com), a través de los datos
aportados por el departamento de estadísticas del
Padrón del Ayuntamiento de Badajoz, con un total de
102.016 habitantes comprendidos entre 18 y 65 años,
se llevaron a cabo 70 encuestas proporcionalmente a la
pirámide poblacional. Contando un margen de error de
10%, nivel de confianza de 90% y heterogeneidad de
50%, con igual número y distribución se realiza la
encuesta al grupo control.
Resultados
La tabla 1 muestra la distribución de las respuestas
en el cuestionario utilizado. De cara a rechazar o
aceptar la hipótesis principal del estudio, obtenemos
que el 71,43% de los encuestados están totalmente de
acuerdo o parcialmente de acuerdo con la afirmación
“una persona con enfermedad mental me resulta
impredecible, nunca sé cómo puede reaccionar”.
Diferenciando entre grupo experimental y el grupo
control, se observan diferencias significativas en la
frecuencia de la afirmación “totalmente de acuerdo”,
con una diferencia de 30 puntos de disminución en el
grupo control en la afirmación “totalmente de acuerdo”.
Con respecto a la elección “en parte de acuerdo”, la
diferencia no es especialmente significativa entre un
grupo y otro, volviendo a repuntar la diferencia en la
afirmación “no estoy de acuerdo” pasando de un
17,15% a un 40%.
Respecto a la diferencia de respuestas en el ítem h.
en función de sexos, según la prueba de Chi-cuadrado,
las diferencias en el grupo experimental no arrojan
datos estadísticamente significativos, no así en el grupo
control, donde se observa que la diferencia entre sexos
es mayor. En este último grupo, hay una diferencia de 3
puntos, siendo mayor en los hombres el porcentaje de
respuestas de la opción 1, “totalmente de acuerdo” y un
aumento de 4 puntos en el porcentaje de mujeres que
nos fijamos en las frecuencias del total de la muestra,
observamos que la respuesta número 1 es más
frecuente en hombres que en mujeres, mientras que la
2 y 3 es más frecuente en mujeres que en hombres.
Tabla 1. Tabla de frecuencias y porcentajes de respuestas al
cuestionario
Grupo Grupo Total
experimental control
35 (25%)
Totalmente de 28(40%) 7 (10%)
acuerdo 65
30 (42,85%) 35 (50%) (46,43%)
En parte de
acuerdo 12 (17,15%) 28 (40%) 40
70 70 (28,57%)
No estoy de
acuerdo 140
Total
Si diferenciamos por franjas de edad, observamos
que las personas comprendidas en edades entre 31 y
45 años seleccionan, con una frecuencia mayor, no
estar de acuerdo con la afirmación de impredecibilidad
hacia las personas con enfermedad mental, siendo más
atribuida la idea de impredecibilidad en edades
mayores a 45 años (Tabla 2)
A mayor formación académica disminuye la atribución
de impredecibilidad a las personas con enfermedad
mental. La progresión descendente de los porcentajes
se rompe ligeramente en los individuos con estudios de
ESO, considerando que el número es notablemente
inferior al de resto de categorías, viéndose
condicionados lo porcentajes y siendo significativo
descartar esta categoría para evaluar los datos. En
términos globales podemos afirmar que a mayor grado
de estudios disminuye la atribución de impredecibilidad
a personas con enfermedad mental (Tabla 3).
Respecto a la diferencia de frecuencias en función de
la situación laboral, analizamos una mayor proporción
de asignación de estereotipo de impredecibilidad en las
personas con contrato temporal, seguido de ama/os de
casa y personas en desempleo. Estos datos podrían
indicar cómo a menor estabilidad o autosuficiencia en
el empleo, la sensación de impredecibilidad aumenta,
resaltando que la menor proporción de estigma estaría
en las personas con contrato fijo y autónomos (Gráfico
1).
Rehabilitación Psicosocial 2014; 11(2): 9-16 11