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Feria-Martín et al
valorados (5,06). No aparece vinculado a la
recuperación de las dificultades que nuestros pacientes
presentan y lo juzgan en consonancia, quizá, por esta
razón “suficiente” pero no muy valioso. Las dificultades
de nuestros pacientes para el despliegue de
capacidades creativas son conocidas por lo que su
valoración pudiera estar motivada también por la
dificultad experimentada en su realización.
No deja de sorprendernos que el alto valor depositado
por los pacientes de la influencia de las entrevistas
individuales con sus terapeutas en su recuperación
esos datos son coherentes con los hallados en otros
estudios16. El tratamiento farmacológico también es del
grupo de los más valorados (7,87) si bien presenta una
mayor dispersión de su grupo (3,01). Esto vendría a
decirnos que si bien nuestros pacientes valoran en alto
grado el tratamiento farmacológico sus opiniones no
son tan unánimes como en otros programas del área
clínica con desviaciones de 2,3 en entrevista individual, variables tan importantes como la valoración de los
de 2,83 en entrevista familiar y 2,37 en el grupo
terapéutico. Los talleres menos valorados de
encuentran en el área ocupacional salvo el de
habilidades sociales que incluimos en el área clínica.
La lectura y comentario de la prensa del día si bien
permite la conexión de nuestros pacientes con la
actualidad no parece valorarse en conexión con tareas
válidas de recuperación. Quizá pueda deberse al uso
en nuestra Comunidad Terapéutica de otros medios de
información menos activos y más impersonales como
la televisión o cierta tendencia de nuestros pacientes
hacia lo “inactual” que es necesario en ocasiones
combatir dentro de sus tendencias hacia la pasividad y
la desconexión con el entorno mediático.
Entre otras recomendaciones que pueden extraerse
de este estudio está el hecho de la conveniencia de
mantener a los pacientes en proceso de
reincorporación comunitaria y por ello en régimen de
hospitalización parcial en programas básicos y de alta
valoración, que en nuestro caso caen del lado de los
definidos en el área clínica (entrevista individual,
medicación, grupo terapéutico, entrevista familiar,
rehabilitación cognitiva, HHSS, asamblea y relajación).
Pareciera que en este punto confluyen en alto grado las
opiniones de los clínicos y de nuestros pacientes en
cuanto a la definición de los espacios terapéuticos
básicos.
Es necesario mencionar los límites que presentan
este tipo de trabajos en lo referente a la eficacia y
eficiencia del trabajo de rehabilitación en nuestra
Unidad. Nuestros pacientes acuden a este servicio con
un conglomerado de problemas que es necesario
desbrozar y que abarcan desde un nivel estrictamente
clínico-sintomático a otros referidos a la restricciones
funcionales que los síntomas han ocasionado en su
evolución como a los deficientes soportes psicosociales
del medio comunitario. El nivel de los problemas
9 Rehabilitación Psicosocial 2015; 12(1): 4-10
requiere soluciones en ese mismo nivel en algún caso,
pero si bien esto es así, no es desdeñable la valoración
que hacen nuestros pacientes de las propuestas
globales de actividad que les ofertamos y en qué
medida se satisfacen sus expectativas. Las actividades
de nuestra Comunidad tienen que hacer compatibles su
orientación a los resultados en el nivel de los
problemas más prioritarios con que acuden nuestros
pacientes como con la provisión de actividades
diversificadas y estimulantes, no menos valiosas,
ligadas a la recuperación funcional y al sostén de la
funcionalidad conservada.
Otras limitaciones del presente estudio son el tamaño
de la muestra, la distribución arbitraria de los
programas terapéuticos, el hecho de que sólo
contamos con una Comunidad Terapéutica y la
inclusión de otras variables que puedan afectar a la
valoración de nuestros pacientes, por ejemplo,
capacidades cognitivas. Estas limitaciones requerirán
de nuevas investigaciones donde se sigan primando
propios usuarios de la calidad asistencial de los
servicios sanitarios.
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