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del Río-Sáez et al
características del perfil. En relación a las medidas de
test-retest se observó una tendencia con resultados
favorables sobre las variables de sintomatología
depresiva, funcionalidad, salud mental y bienestar
psicológico. El efecto beneficioso sobre estas variables
se corresponde con las identificadas por los modelos
de la activación conductual y psicología positiva31,32.
Con respecto a la puntuación obtenida en la dimensión
física de calidad de vida, se detectó una correlación
negativa con el programa, contemplada por los autores
al contrastar que los datos observacionales no se
correspondían con estos resultados, como resultado
reactivo a la influencia de una percepción deficitaria de
la salud física tras un periodo de activación, entre
personas sedentarias.
Habría que señalar una serie de debilidades en el
estudio realizado. Por una parte respecto a las
dificultades para la captación de casos. Atribuibles en
buena parte a una baja tradición de la derivación de
casos con diagnóstico de depresión a el SRC de la
FCMPPO, siendo estos mayormente atendidos desde
los recursos sanitarios de atención primaria, así como
también, y a pesar de una progresiva tendencia hacia
un paradigma de intervención ecléctico, a la
prevalencia de un modelo en el que tradicionalmente se
da prioridad a la farmacoterapia, respecto a otras
posibles intervenciones. Por otro lado, una elevada
pérdida de casos a lo largo del programa, partiendo de
13 participantes iniciales a los definitivos 6
participantes que llegaron a completar el estudio. Este
hecho se corresponde con la imprevisibilidad de la
logística asistencial de los procesos terapéuticos, así
como por el reconocimiento de la depresión como
diagnóstico con menor tasa de adherencia al
tratamiento en el ámbito nacional33, también porque
hubo recaídas. Por ello, en futuras experiencias, debe
contemplarse un incremento aproximado de 1/3 sobre
el grupo de inicio propuesto.
A partir de estos resultados iniciales obtenido en el
análisis experimental del programa, se identifican
resultados prometedores, pero conviene incentivar
trabajos de investigación en esta línea, que
fundamenten la eficacia de este tipo de intervenciones,
dando lugar a la participación e interacción de diversos
profesionales del ámbito social y sanitario. Para
afianzar y generalizar los resultados debería
contemplarse una muestra más amplia y representativa
de la población.
La aportación práctica y de investigación realizada
pretende ser una inversión social de impacto en la
salud pública, en tanto que ofrece un programa de
intervención psicosocial de bajo coste, que fomenta la
proactividad respecto a la propia salud y que es
fácilmente reproducible, susceptible de ser usado como
a tratamiento complementario o de primera elección, en
determinados estadios del proceso de intervención
16 Rehabilitación Psicosocial 2015; 12(1): 11-17
secuencial de la depresión. Pero lejos de considerarse
una intervención finalista, tras su aplicación, debería
contemplarse un seguimiento ambulatorio que permita
dar continuidad al proceso de rehabilitación iniciado.
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