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Labad- Alquézar A. La psicoterapia institucional como instrumento rehabilitador. Una experiencia de veinticinco años

maban la Unidad psiquiátrica sectorizada, en la que los psi-       centraban en el aspecto socioterapéutico (dejando el orga-
quiatras que la componían (al inicio sólo tres) atendían           nizativo para el Coordinador), facilitando las intervencio-
tanto a los pacientes de la comunidad, como a los hospi-           nes psicoterapéuticas de los médicos y psicoterapeutas en
talizados de Tarragona14.                                          los espacios estructurados del Club. En cada pabellón ha-
                                                                   bía una reunión, considerada como la unidad básica del
  La forma de tratar patologías, o más bien la forma de            Club, que tenía una periodicidad semanal a la que asistían
tratar a algunos enfermos en la institución, supuso una            todos o la mayoría de enfermos del pabellón. Eran coordi-
fuerte confrontación entre los médicos partidarios de con-         nadas estas reuniones por el encargado de Unidad (hoy
tinuar con los métodos terapéuticos tradicionales y los que        diríamos Encargado o Supervisor de Enfermería), como
considerábamos imprescindible introducir métodos que               representante de la Coordinación del Club y con la asistencia
supusieran una ruptura con las inercias anteriores y que en        y “posibilidad” de intervenir, del médico del pabellón. En
definitiva suponía dar un mayor protagonismo, iniciativa           esa reunión se nombraban por elección tres representantes
e identidad al paciente crónico institucionalizado. Pero es-       del pabellón para la Asamblea General, los cuales estaban
to no se podía lograr sin conseguir que toda la institución        en el cargo un año, pasado el cual tenía que haber nuevas
participara del cambio. Para ello hubo que reconsiderar            elecciones, a no ser que antes algún enfermo hubiera sido
todas las relaciones interpersonales del hospital, centrando       dado de alta.
la atención principalmente en la vida de relación de los
pacientes tanto en sus unidades de vida como en los espa-            Los talleres productivos autónomos eran aquellos cuya
cios lúdicos y de trabajo. Los médicos y cuidadores tenía-         gestión y resultados delegaba el Instituto en el Club. Tenían
mos como misión crear el marco que facilitara las                  una reunión a la semana equivalente a las de pabellón y tam-
condiciones para que los pacientes pudieran manifestar e in-       bién elegían tres representantes para la Asamblea General.
tercambiar algo de sí mismos. Ese marco debía suponer la           La responsabilidad de que se realizara y funcionase la reu-
creación de espacios diversos que permitieran el acceso de         nión, así como de que se llevaran a cabo las elecciones y se
los pacientes a la palabra, a través de la cual pudiera aparecer   redactara el acta de la reunión, correspondía a los monito-
algo del deseo del sujeto, elemento imprescindible para la         res, tanto si eran cuidadores (auxiliares de clínica) o personal
transformación del individuo. Ese marco se concretó con            de oficio (monitores)16.
la constitución del Club. Palabra que no nos gustaba, ya que
nos evocaba más bien un lugar en el que un grupo de in-              La Asamblea General era el órgano de mayor autoridad
dividuos o personas que forman parte de un colectivo más           del Club y estaba constituida por los representantes de los
amplio se asociaban voluntariamente para desarrollar alguna        pabellones y de los talleres productivos autónomos. Entre
finalidad en común. Pero como no encontramos otra que              sus atribuciones estaba el nombramiento de la Junta Di-
nos satisficiera, preferimos seguir con ella, es decir la que ha-  rectiva que estaba constituida por un Presidente, un Vi-
bía sido utilizada en los hospitales franceses que habían          cepresidente primero encargado de la Secretaría, un
iniciado su transformación psiquiátrica. En el artículo 3º del     Vicepresidente segundo encargado de la economía y tan-
Reglamento del Club Emilio Briansó15 se indicaba: “son             tos vocales como secciones existían: bar, biblioteca, acti-
miembros del Club todos los enfermos que reciben asis-             vidades culturales (cine, teatro, música, etc.), actividades
tencia y tratamiento en el Instituto. Tienen también por tan-      lúdicas (excursiones, fiestas, etc.), actividades deportivas
to acceso a todas sus actividades y gestión, siempre que el        (fútbol, tenis, tenis de mesa, etc.), periódico (llamado
médico jefe de su Unidad Terapéutica no prescriba expre-           “Club”, de periodicidad mensual), economía (presupues-
samente lo contrario”.                                             tos y cuentas), laborterapia, ayuda a enfermos y talleres de
                                                                   contabilidad autónoma.
  En el momento de la instauración del Reglamento del
Club (julio, 1974), en el Instituto había 4 unidades, con            De cada una de estas actividades debía salir un repre-
un total de 16 pabellones en los que había 1.324 enfermos,         sentante, el cual formaba parte de la Junta Directiva en ca-
749 hombres y 575 mujeres. Para poder salvaguardar el              lidad de vocal. En cada actividad había un grupo de
distanciamiento necesario a las intervenciones técnicas psi-       pacientes que iba a ella por prescripción facultativa en fun-
coterapéuticas, se articularon las actividades del Club con        ción de los objetivos que se pretendían lograr en cada uno
las del conjunto de la vida institucional a través de un co-       de los pacientes. En todas ellas había un monitor de mañana
ordinador del Club, secundado por los encargados de la             y otro de tarde, que una vez por semana se reunían a su vez
Unidad que eran en cada una de ellas, los representantes je-       con un psicoterapeuta (psiquiatra o psicólogo). Previa-
rárquicos del Club, bajo la autoridad funcional del Coor-          mente a la reunión grupal, cambiaban impresiones entre los
dinador del Club. Apareció la figura del socioterapeuta-jefe       monitores y el psicoterapeuta sobre la evolución indivi-
del Club, que era un médico designado por el Consejero De-         dual y grupal de los pacientes. En las reuniones, los pa-
legado, oídos los médicos jefes de las Unidades. Su fun-           cientes centraban sus intervenciones respecto a cuestiones
ción se centraba en la “escucha global” y en la coordinación       relacionadas con la actividad que desarrollaban, lo cual no
de las actividades del Club; sus intervenciones directas se        dificultaba, sino todo lo contrario, que sus deseos o inclu-
                                                                   so sus manifestaciones patológicas, fueran evidenciadas a

                                                                                        Rehabilitación psicosocial. 2005; 2(2):64-8 67
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