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López M, et al. Evaluación del Programa residencial para personas con trastorno mental severo en Andalucía (IV):
perfiles funcionales y redes sociales de los residentes
nas que presentan problemas graves en distintas áreas de su Tampoco en este caso es fácil obtener la información
funcionamiento personal y social5-7. Se trata de problemas que nos permita analizar satisfactoriamente el tema, pre-
que integran la dimensión de “discapacidad” que, como vi- sentándose problemas metodológicos similares a los ante-
mos también en el artículo previo1, se añade a la de diag- riormente señalados. Por un lado, en relación con aspectos
nóstico y a la de duración del proceso y consumo de recursos no sólo de cantidad y estructura de las redes, sino de “ca-
para configurar los criterios operativos básicos que permi- lidad”, en el sentido de capacidad real de apoyar a personas
ten delimitar el grupo de personas con trastorno mental se- concretas en sus dificultades específicas20,21,23. Y, por otro,
vero o grave8,9. Personas que, en el sistema tradicional, se también aquí, con respecto a la complejidad que implica es-
consideraban subsidiarias de largos periodos de perma- tablecer relaciones causales, lo que exigiría medir separa-
nencia en hospitales psiquiátricos. damente las redes sociales de los residentes y el efecto que
el programa residencial produce en ellas23.
De hecho, muchas de estas personas, además de la sin-
tomatología derivada de su enfermedad, y en compleja in- Existen dificultades que se presentan a la hora de anali-
teracción con ella y con el medio social en el que viven, zar un programa residencial como el que aquí estamos es-
presentan un gran número y diversidad de dificultades, tudiando, siendo difícil diferenciar y mucho más en un
que afectan a su capacidad para desarrollar distintas acti- corte transversal, qué se debe a la situación propia de cada
vidades de la vida cotidiana, así como para relacionarse residente y qué al funcionamiento, positivo o negativo, del
con los otros, con problemas de conducta personal y ne- programa. En las condiciones del estudio vamos a utilizar
gativas repercusiones en su red social3,4,8,9. Lo que justifi- los datos, referidos a estas diversas dimensiones, básica-
ca y exige complementar las intervenciones sanitarias, no mente como elementos que describen perfiles de los resi-
sólo ni fundamentalmente farmacológicas, con distintos dentes, sin que, salvo en muy escasos aspectos, podamos
tipos de intervenciones de apoyo social, muchas de las cua- valorarlos como indicadores de resultado del programa.
les tienen un pilar importante en su lugar de residencia10.
Material y métodos
La valoración de estas “dimensiones de la salud”, como
recoge el nuevo sistema de clasificación de la OMS sobre En consonancia con la introducción, se trata en este ca-
discapacidad11-12 presenta dificultades metodológicas, so de presentar la información que pretende cubrir otra
por un lado relacionadas con la disponibilidad de ins- parte del tercer objetivo del estudio2: “describir las caracte-
trumentos válidos y fiables13-15, y por otro con sus pro- rísticas funcionales así como el comportamiento social y la
blemas de conceptualización y atribución causal: ¿ son el red social de los residentes”, completando así lo expuesto en
correlato inevitable de la evolución de las enfermedades el artículo anterior sobre características sociodemográficas,
que afectan a los residentes? o ¿son el producto de com- clínicas y de uso de servicios1, lo que en conjunto va a per-
plejos sistemas de relación, entre los que sin duda se en- mitirnos tener una visión general de los perfiles de la po-
cuentran las enfermedades y sus alteraciones biológicas y blación atendida en el programa, en la fecha del estudio
psíquicas, pero también, y a veces fundamentalmente,
las intervenciones “externas” (familia y grupos sociales Sujetos de estudio
próximos, sin olvidar el efecto más global del estigma ni,
en no pocas ocasiones, nuestras erróneas y / o insufi- Como hemos visto en artículos anteriores1,2 se pretendía
cientes intervenciones)?16-18. estudiar a la totalidad de residentes en Casas hogar y Pisos
gestionados por FAISEM en el año 2001, con una cifra to-
En estrecha conexión con estos aspectos hay otro ele- tal de residentes estudiados de 399, 203 de ellos en dispo-
mento que se destaca de manera cada vez más clara en la li- sitivos tipo Casa hogar, 181 en viviendas supervisadas o
teratura profesional sobre el tema: el de las redes sociales. pisos y 15 más que cambiaron de dispositivo en el transcurso
Considerado como un importante factor de protección del estudio. En este último caso se incluyen cuando se pre-
frente a distintos tipos de problemas y patologías19-21, hay sentan datos totales, pero no en los referidos a alguno de los
evidencia creciente de su papel, tanto para asegurar la es- dos tipos específicos de dispositivos.
tabilidad sintomatológica, como para favorecer una satis-
factoria y activa permanencia en la comunidad, de personas Instrumentos
con este tipo de problemas21,22. De hecho, si hablamos de
la necesidad de programas de apoyo social, estamos ha- Para las áreas incluidas se utilizaron tres instrumentos
ciendo referencia no sólo a estructuras, sino a personas concretos, del total de 8 referidos en la presentación gene-
concretas que prestan apoyo a personas también concretas. ral2: la Escala de Conducta Social (SBS), el Cuestionario de
Y por ello, los programas residenciales deben evaluarse
igualmente en lo que respecta a su capacidad, tanto para dar Rehabilitación psicosocial. 2005; 2(2):44-55 45
ese apoyo personal directo, como para contribuir a generar
redes más amplias, que den soporte a una vida comunita-
ria digna de quienes los utilizan19,21-23.