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López M, et al. Evaluación del Programa residencial para personas con trastorno mental severo en Andalucía (IV):
perfiles funcionales y redes sociales de los residentes
TABLA 4. Porcentaje de pacientes que sufre con intensidad grave distintos tipos de trastornos de conducta
Casa Vivienda Significación
hogar Supervisada
Reír o hablar a solas, lenguaje incoherente, conversación inapropiada, posturas 36,8% 17,3% p < 0,001
y manierismos 34,8% 10,6% (n: 380)
Nivel de actividad, relación social inapropiada, comunicación espontánea, lentitud 28,4% 17,3% p < 0,001
26,9% 11,7% (n: 380)
Otras conductas 24,9% 9,5% p = 0,015
12,4% 9,5% (n: 380)
Autocuidado 6,5% 2,8% p < 0,001
(n: 380)
Hábitos socialmente inaceptables, hiperactividad e inquietud, hostilidad, p < 0,001
conducta sexual inapropiada, Conducta destructiva (n: 380)
Demanda de atención
NS
Ataques de pánico y fobia, depresión, ideas o conductas suicidas (n: 380)
NS
(n: 380)
DE: desviación estándar.
TABLA 5. Porcentaje de pacientes en función del problema más difícil de manejar que presentan
Casa Vivienda Significación
hogar Supervisada
Otros trastornos de conducta 35,1% 36,3% NS
Concentración, nivel de actividad, relación social inapropiada, comunicación 30,4% 21,5% (n: 303)
espontánea, lentitud
Autocuidado 10,1% 10,4%
Hábitos socialmente inaceptables, realización de ideas bizarras, hiperactividad 9,5% 9,6%
e inquietud, hostilidad, conducta sexual inapropiada, conducta destructiva
Reír o hablar a solas, lenguaje incoherente, conversación inapropiada, posturas 8,9% 8,1%
y manierismos 3,6% 11,1%
Ataques de pánico y fobia, depresión, ideas o conductas suicidas 2,4%
Demanda de atención 3%
DE: desviación estándar.
trastorno mental severo deriva de la pérdida o falta de de- dispositivo en que reside. Por ello, se presentan en cada
sarrollo de distintos tipos de habilidades necesarias en la vi- caso únicamente los datos referidos a aquellos residentes a
da cotidiana. Este es probablemente uno de los campos en los que se les permite ejercer las correspondientes habili-
los que un “buen” programa residencial debe hacer una dades. Y, también, para facilitar la visión de conjunto de los
contribución razonable a la recuperación de los residentes, mismos, la tabla 6 presenta los datos correspondientes a ca-
apoyándolos en dichas áreas, a la vez que contribuyendo a da uno de los ítems o habilidades concretas, mediante sus
su rehabilitación. La aplicación del BELS ha permitido ob- respectivas medias y desviaciones típicas, y la tabla 7, las
tener la información referida al momento del estudio, que agrupa en los cuatro factores o áreas básicas que permite el
resumimos en las tablas 6, 7 y 8. instrumento. Pero en este último caso se utiliza como in-
dicador el porcentaje de residentes en cada tipo de aloja-
Para entender esos datos es necesario, sin embargo, re- miento, distribuyéndolos entre tres niveles de capacidad
cordar29-31 que el instrumento incorpora por un lado una o funcionamiento: autonomía (que corresponde a las pun-
escala “de ejecución”, que valora la capacidad del residen- tuaciones “3” y “4”), disfunción media (puntuaciones “2”)
te en 26 habilidades distintas, asignándole para ello una y disfunción grave, (puntuaciones “0” y “1”).
puntuación de “0” (disfunción muy grave) a “4” (autono-
mía). Y, por otro, una escala previa, denominada de “opor- Con respecto a la serie de puntuaciones de habilidades
tunidad”, que subordina esa medida a la disponibilidad concretas que muestra la tabla 6, vuelven a aparecer ten-
que, para ejercitarla en la práctica cotidiana, le permite el dencias similares a las comentadas en relación con los pro-
Rehabilitación psicosocial. 2005; 2(2):44-55 49