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López M, et al. Evaluación del Programa residencial para personas con trastorno mental severo en Andalucía (IV):
perfiles funcionales y redes sociales de los residentes
TABLA 3. Porcentaje de residentes con distintos tipos de graves problemas de comportamiento
Casa hogar Vivienda supervisada
Tipos de conductas porcentaje Nº de orden porcentaje Nº de orden Significación
Otras conductas 28,4 1 17,3 1 p = 0,015 (n: 380)
Reír o hablar a solas 27,3 2 9,5 4 p < 0,001 (n: 380)
Autocuidado 26,8 3 11,7 3 p < 0,001 (n: 380)
Concentración * 20,9 4 13,4 2 NS (p=0,059)
Lenguaje incoherente 18,5 5 9,5 (n: 380)
Nivel de actividad 17,9 6 4,5 5 p = 0,018 (n: 380)
Conversación inapropiada 14,5 7 6,7 11 p < 0,001 (n: 380)
Hábitos socialmente inaceptables 14,0 8 6,7 7 p = 0,020 (n: 379)
Relación social inapropiada 13,5 9 3,9 8 p = 0,029 (n: 380)
Demanda de atención 12,5 10 9,5 12 p < 0,001 (n: 380)
6 NS (p=0,414)
Comunicación espontánea 11,5 11 5,1
Realización de ideas bizarras * 11,0 12 6,7 (n: 380)
Hiperactividad e inquietud 9,5 13 2,2 10 p = 0,027 (n: 380)
Hostilidad 9,0 14 1,7 9 NS (n: 378)
Posturas y manierismos 7,5 15 1,1 13 p = 0,004 (n: 380)
Lentitud 5,5 16 0,6 14 p = 0,003 (n: 380)
Ataques de pánico y fobia 4,5 17 1,7 17 p = 0,002 (n: 380)
Conducta sexual inapropiada 4,0 18 1,1 19 p = 0,007 (n: 380)
Depresión 2,0 19 1,7 15 NS (n: 380)
Conducta destructiva 1,0 20 0 18 NS (n: 380)
16 NS (n: 379)
Ideas o conductas suicidas 0 21 0 20 NS (p = 0,5)
(n: 378)
21 NS (n: 380)
* En ambos ítems la puntuación máxima, que define el máximo nivel de gravedad, es “2”.
cuencia importante considerada independientemente, pe- viven en pisos. A continuación aparece de nuevo el apartado
ro que, unidas, se sitúan habitualmente en primer lugar, lo “otras”, importante pese a la agrupación que hemos hecho
que indica también la gran variabilidad de comportamientos y, después, los problemas de autocuidados (más del 25% y
afectados en este tipo de personas. También tienen fre- el 10% respectivamente en Casas y Pisos). También tienen
cuencias altas conductas en muchos casos relacionadas con una frecuencia reseñable las conductas que podemos de-
sintomatología psicótica de distintos tipos, que genera di- nominar claramente disruptivas (25% y 10%, respectiva-
ficultades de relación social : autocuidados, dificultades de mente), y luego ya con menos frecuencia otras agrupaciones.
concentración, lenguaje incoherente, hablar a solas, etc.
Por último, las respuestas a la pregunta (que el cuestio-
Intentando agrupar este amplio inventario de conductas, nario incluye como complementaria) sobre cuál era el pro-
buscando una asociación “sindrómica” razonable, y en un blema más difícil de manejar, a juicio del monitor, pueden
intento de hacer más comprensibles los datos, la tabla 4 verse en la tabla 5. Parecen ser fundamentalmente los as-
presenta las frecuencias que obtendríamos para siete tipos pectos relacionados con las dificultades de comunicación,
de agrupaciones de conductas. A ese respecto, también participación y relación social, más que las conductas dis-
aquí son evidentes las diferencias entre ambos tipos de dis- ruptivas o los hábitos socialmente inapropiados, los que ge-
positivos, con mayor número de conductas problemáticas neran mayor número de dificultades de manejo por parte
en Casas hogar, pero con un gradiente bastante común en del personal, sin grandes diferencias entre los dos tipos de
cuanto al orden de frecuencia de las mismas. dispositivos.
Así, en primer lugar aparecen problemas relacionados con Habilidades cotidianas básicas
conductas problemáticas que tienen en común la sinto-
matología que podríamos denominar “rara”, pero no de- Además de las derivadas de los problemas de comporta-
masiado disruptiva (37% en Casas y 17% en Pisos), seguidas miento o conducta social, otra de las fuentes de dificultad
en segundo lugar por dificultades de concentración, co- para la permanencia en la comunidad de personas con
municación y relación social, que afectan a más del 35 % de
los residentes en Casa hogar, pero sólo al 10 % de los que
48 Rehabilitación psicosocial. 2005; 2(2):44-55