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Atención al enfermo mental sin hogar durante la crisis de la COVID-19. Actuación del Equipo de Calle de Salud Mental (ECASAM) de la Comunidad de Madrid

quienes necesitan atención.                                     En términos de cuarentena, no queda claro cómo se puede
                                                                plantear el confinamiento de alguien que pernocta en la ca-
Por otra parte, los enfermos mentales sin hogar se encuen-      lle. En este momento difícil, las personas en exclusión social
tran con mayores barreras para acceder a los servicios sa-      son todavía más rechazadas, porque tienen el mandato de
nitarios donde podrían solicitar las pruebas de diagnóstico     confinarse, pero permanecen en las calles (¿a dónde van a
y, si se confirman, aislarlos de otros en coordinación con los  ir?), de manera son consideradas también un gran riesgo
servicios socio-sanitarios:                                     para la salud pública. Además de las implicaciones para la
                                                                salud pública, existen profundas preocupaciones sobre las
    •	 Cuando acceden al sistema sanitario habitual-            violaciones de los derechos humanos. La idea de que la po-
          mente lo hacen de forma puntual (p. ej. en servi-     licía arreste a los enfermos mentales sin techo, muchos de
          cios de urgencias), por lo que no se puede realizar   ellos con problemas complejos de salud y adicciones, sin
          una planificación de sus cuidados a medio plazo.      las pruebas diagnósticas adecuadas, y colocarlas en cen-
                                                                tros cerrados, genera importantes debates éticos.
    •	 La ausencia de su adscripción a un área sanitaria
          concreta o incluso, al no tener médico de atención    El autoaislamiento (quedarse en casa si uno no se encuen-
          primaria, hace que con frecuencia se muestren “in-    tra bien y sospecha que tiene síntomas) es imposible si no
          visibles” al sistema.                                 se tiene un hogar donde vivir. Aquellos que viven en alber-
                                                                gues llenos de gente pueden ser incapaces de mantenerse
    •	 Sus múltiples necesidades y el problema de cómo          a distancia de los demás o autoaislarse si muestran sínto-
          cubrirlas de forma rápida, habitualmente desbor-      mas. Además, la red de atención a personas sin hogar care-
          da a los servicios que, de alguna forma disipan su    ce de una configuración y atención especializada para aislar
          angustia o su malestar calificándoles de problema     a este grupo de personas. Se teme que ocurra un brote en
          social y remitiéndoles a unos servicios sociales que  los grandes albergues, donde cientos de personas viven y
          no pueden asumir de forma aislada la interven-        que carecen de la capacidad de ponerse en cuarentena y
          ción.                                                 recibir atención médica.

También se identifican barreras personales debidas a la         Es posible que se necesiten espacios alternativos para po-
propia enfermedad mental o la situación de exclusión:           ner en cuarentena y tratar a las personas que no tienen ho-
                                                                gar. Algunos municipios como Madrid y Londres están dis-
    •	 Quienes padecen enfermedades mentales pue-               poniendo de habitaciones de hotel para que las personas
          den tener dificultades para reconocer y responder     sin hogar puedan autoaislarse. Estas habitaciones propor-
          a la amenaza de infección.                            cionarán protección vital para los durmientes pero se plan-
                                                                tea que la provisión de alojamiento en un hotel puede no
    •	 El comportamiento de búsqueda de ayuda para              ser adecuada para todas las personas sin hogar. Algunas
          los problemas de salud es pobre entre los pacien-     personas pueden negarse a entrar y otras pueden negarse
          tes con enfermedades mentales y esta situación        a aislarse debido a la necesidad de atender sus adicciones.
          empeora aún más si la persona con enfermedad
          mental no tiene hogar.                                Morbilidad y letalidad

    •	 Tienden a presentar desconfianza hacia las insti-        La comorbilidad entre el trastorno mental y COVID-19 entre
          tuciones sanitarias, por lo que normalmente de-       las personas sin hogar conduce a un enorme desafío. La
          mandan servicios a estructuras diferentes a las ha-   posibilidad de infección por el SARS-CoV-2 es mayor entre
          bituales (p. ej. ONGs, organizaciones religiosas...)  las personas con comorbilidades médicas. Y los factores de
          que no están diseñadas para realizar una atención     riesgo elevados para COVID-19 son sustanciales, ya que las
          sanitaria adecuada ni continuada.                     personas sin hogar tienen una prevalencia mucho mayor
                                                                de comorbilidad y enfermedad crónica en comparación
    •	 Finalmente, la ausencia de dinero imposibilita           con las personas de la misma edad que están alojadas.
          desplazarse al médico o pagar la medicación. Y
          muchas citas médicas se incumplen porque son          Además, los enfermos mentales sin hogar son personas en
          incompatibles con los horarios o rutinas de la calle  las que la enfermedad mental coexiste con una prevalen-
          (p. ej. horario de comedores).                        cia incrementada de enfermedades físicas, con consumo
                                                                de tóxicos, falta de apoyo y red social, inmigración, falta
Por todo esto, los kits de test diagnósticos y la capacitación  de documentación, etc. Además, las personas sin hogar a
sobre cómo reconocer los síntomas del COVID-19, debe-           menudo están desnutridas y tienen comorbilidades que
rían difundirse ampliamente a los proveedores de servicios      comprometen su función inmunológica y las hacen más
para personas sin hogar, y desplegarse en los albergues y       vulnerables al COVID-19.
actividades de divulgación en la calle.
                                                                Por otro lado, incluso sin coinfección con COVID-19, los en-
Cuarentena y aislamiento                                        fermos mentales sin hogar son pacientes sufren una muer-
                                                                te prematura (una reducción estimada entre 20 y 30 años
Los expertos en personas sin hogar alertaron que la rápi-       de vida). Y las personas sin hogar de menos de 65 años tie-
da transmisión del SARS-CoV-2 corre el riesgo de poner en       nen una mortalidad por todas las causas de 5 a 10 veces
grave peligro a un grupo de personas extremadamente             mayor que la de la población general. El COVID-19 podría
vulnerables: las personas sin hogar. Las personas sin hogar     aumentar aún más esta mortalidad.
tienen un conjunto de desafíos que hacen que sea real-
mente difícil hacer lo que se les ha pedido, a saber: quedar-   Continuidad de cuidados asistenciales
se en casa cuando estén enfermos, lavarse las manos con
frecuencia y hablar con su médico si se sienten enfermos.       El mayor riesgo de infección por el virus SARS-CoV-2 para
Pero ¿qué pasa cuando no se tiene un hogar?, ¿cómo se           los enfermos mentales sin hogar y, en consecuencia, para
practica el distanciamiento social en un albergue hacinado?     los profesionales que trabajan asistiéndolos, presentan un

                                                                Rehabilitación Psicosocial - Volumen 18 nº 2 - Julio-Diciembre 2022                      21
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