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Intervención basada en criterios de alta flexibilidad para personas sin hogar con enfermedad mental grave y duradera
2. INTRODUCCIÓN entrenamiento en habilidades para la vida diaria, recupe-
ración de vínculos familiares, acompañamiento y apoyo en
El fenómeno del sinhogarismo constituye una de las for- el tratamiento de enfermedades físicas, entre otras) pudie-
mas más severas de exclusión. Las personas sin hogar se ran continuar un proceso de recuperación personal en los
enfrentan a menudo a múltiples formas de violencia y dis- dispositivos especializados de la red normalizada de salud
criminación, vulneración de derechos, problemas de salud, mental, de la que hasta ahora se encontraban completa-
desarraigo, aislamiento y pérdida de identidad que rara vez mente desconectados. El proyecto Nuestra Señora de Val-
pueden explicarse únicamente desde la falta de vivienda vanera, gestionado por la Fundación Pilar de la Mata-Cári-
o ingresos económicos. Por otro lado, la evidencia viene tas Madrid, consta de un centro de día, una mini residencia
constatando que entre la población en situación de sinho- y dos pisos supervisados. Está concertado con la Consejería
garismo las tasas de enfermedad mental son muy superio- de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de
res a las del resto de la población, con independencia del Madrid, dentro de la red de atención a personas con enfer-
histórico debate acerca de si es la sintomatología asociada medad mental grave y duradera.
a la enfermedad mental la que precipita la situación de sin-
hogarismo, a más bien al revés. El resultado, en todo caso,
es que padecer una enfermedad mental grave y encontrar-
se en situación de sinhogarismo aumenta la probabilidad
de exposición a variables de riesgo que no sólo atentan
contra la integridad física de la persona que los padece,
sino que exacerban y agravan la sintomatología, evolución
e impacto de la enfermedad en sus vidas.
Lo anterior se torna aún más complejo a medida que aña-
dimos variables a la ecuación como son la existencia de
enfermedades físicas, género, inmigración o consumo de
tóxicos, entre otras, que vienen a agravar aún más si cabe
las situaciones de extrema exclusión a las que deben hacer
frente las personas que se encuentran en situación de sin-
hogarismo y padecen alguna forma de enfermedad men-
tal grave.
Cualquier dispositivo o servicio orientado a la intervención Con el tiempo, este modelo de trabajo basado en la baja
con personas en situación sin hogar, ya sea en calle, en cen- exigencia ha ido matizándose, transformándose y final-
tros de atención diurna o en dispositivos de alojamiento mente abandonándose un modelo de atención basado
y pernocta, debe hacer frente a problemáticas complejas en la alta flexibilidad e individualización, en tanto que no
que dificultan la definición de actuaciones estandarizadas todos los usuarios precisan ni demandan bajos niveles de
que se puedan aplicar a todas las personas. A menudo en- exigencia en la planificación y consecución de objetivos
contramos que los tiempos marcados para la intervención de rehabilitación, al menos no en todas las áreas de fun-
se vuelven poco realistas, las normas de funcionamiento cionamiento, mientras que todas las personas atendidas y
de los dispositivos inasumibles o incomprensibles para acompañadas sí precisan flexibilidad para adaptarnos a su
buena parte de los usuarios por el momento en el que se momento e individualización para ajustar los apoyos a sus
encuentran, los programas diseñados inaplicables al en- demandas y expectativas, que siempre son únicas en cada
contrarnos con perfiles muy heterogéneos, o bien los servi- persona. De esta manera llegamos al consenso de asumir
cios ofertados no responden a sus demandas, necesidades el reto que este modelo basado en la alta flexibilidad nos
y expectativas. planteaba.
En su momento estas realidades desembocaron en la La necesidad de flexibilidad en los recursos de rehabilita-
creación, dentro de la red de atención a personas sin hogar, ción psicosocial y continuidad de cuidados en salud mental
de recursos denominados “de baja exigencia” o de “alta to- es algo frecuentemente mencionado como deseable en
lerancia” en algunas comunidades autónomas. Estos recur- la literatura, manuales de intervención y guías de buenas
sos dirigen buena parte de su atención a aquellas personas prácticas. Se trata, sin embargo, de un concepto poco de-
que se encuentran en situación de calle y cuyas circunstan- sarrollado y del que apenas encontramos bibliografía que
cias y momento actual no permiten su mantenimiento en profundice en su aplicación práctica, por lo que desde
recursos de mayor exigencia. Trabajando inicialmente des- nuestro recurso, tras un proceso de profunda reflexión y
de la reducción de daños y la cobertura de las necesidades ajuste a las múltiples realidades y problemáticas que se nos
más básicas, desde estos dispositivos se persigue que las iban presentando, hemos logrado establecer ciertos princi-
personas atendidas puedan alcanzar una estabilidad per- pios orientadores que pueden resumirse en una máxima:
sonal y social suficientes para, desde ahí, poder acceder a “es el centro el que inicialmente debe adaptarse a la perso-
modalidades de atención más específicas que presten apo- na, al menos inicialmente, en lugar de la persona al centro”,
yo en otras áreas.
3. APLICACIÓN DE CRITERIOS DE ALTA FLEXIBILIDAD
En el año 2006 el Proyecto Nuestra Señora de Valvanera
inició su andadura desde este modelo de atención basado 3.1 Alta flexibilidad en los procesos de derivación y aco-
en la baja exigencia como recurso de transición para que gida
las personas sin hogar con diagnóstico de enfermedad
mental grave, una vez alcanzado un nivel de estabilidad La derivación de una persona a nuestro recurso es siempre
psicosocial suficiente (cobertura de necesidades básicas,
regularización jurídico-administrativa, adherencia al trata-
miento, reducción o abstinencia de consumo de tóxicos,
46 Rehabilitación Psicosocial - Volumen 18 nº 2 - Julio-Diciembre 2022

