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Yugueros Alonso M. Rasgos de personalidad, ideación mágica y esquizofrenia
grupo 2 (no psicóticos), junto con otros 16 sin enfermedad
mental.
El cluster 1, compuesto por 25 sujetos, en su mayoría
enfermos mentales de los grupos 1 y 2 (20 de los 33), jun-
to con otros 5 sin enfermedad mental.
Pese a que el EPQ-R no está específicamente diseñado pa-
ra diagnosticar trastornos psiquiátricos, puede emplearse
para señalar predisposiciones neuróticas y psicóticas8.
Así pues, estos datos corroboran que la distribución de
síntomatología psicótica en la población sigue una curva
normal, que incluso su aparición en la población general es
más elevada de la esperada19 (entre el 5 y el 20%) y que de-
be entenderse como un continuo respecto a la experiencia
normal.
Se encuentran como resultados relevantes en las variables
del EPQ-R, que el cluster 3 puntúa significativamente más
bajo en psicoticismo que los otros dos grupos, entre los
que apenas existe diferencia.
Se aprecia, así mismo, que la media de psicoticismo es su-
perior en mujeres que en hombres: el EPQ-R en su manual
revela que la media de psicoticismo es superior en varones8,
eso sí, con una muestra mucho mayor de n=583 mujeres y
n=527 hombres.
En las variables del CEPER no hay diferencias notables en-
tre cluster salvo en la variable CEP-B o trastorno esquizoi-
de, siendo más alta en el cluster 1 y en la variable CEP-C o
trastorno esquizotípico, más alta en el cluster 2. En estas dos estado normal. Este modelo dimensional asume la presen-
variables, esquizoide y esquizotípico, los cluster 1 y 2 pun-
túan significativamente más alto respecto del 3.
En las variables del RRQ, aparecen diferencias significa-
tivas en la variable rumiación (RRQ-A) en el cluster 3 res-
pecto al 1 y 2, en los que la puntación es significativamente
superior y sin diferencias entre ellos en la prueba post-hoc.
En cambio en la variable reflexión (RRQ-B) no existen di-
ferencias entre los tres cluster.
Por último, en las cinco variables del CFQ, sólo hay di-
ferencias significativas en la F2 atención mal dirigida, que
puntúa significativamente alta en el cluster 2.
Discusión
Dentro de la muestra clínica, entre los grupos psicótico y
no psicótico, sólo se aprecia una puntuación significativa-
mente mayor en el segundo grupo en la variable neuroticis-
mo (usando el EPQ-R) y en la variable CEP-C o trastorno
esquizotípico (usando el CEPER). En el resto de las variables
aportadas por el EQP-R y CEPER, las diferencias no son
significativas, pese a que cabría esperar una puntuación su-
perior de psicoticismo en el grupo de psicóticos.
Respecto a las cinco pruebas empleadas, la de ideación
mágica correlaciona significativamente con psicoticismo
y con el resto de las variables del CEPER, especialmente
con la de esquizotipia (tablas 2 y 3).
Cabe preguntarse si sería interesante establecer correla-
ciones con el resto de los estilos de personalidad del CEPER
que se extienden hasta los 14, muchos de ellos fuera del ca-
rácter de psicóticos y más cercanos a trastornos de ansiedad
o neuróticos.
La comparación en este estudio entre población clínica y po-
blación sin enfermedad mental, pese a las limitaciones lógicas
en todo estudio de tipo transversal (número de la muestra),
puede aportar conclusiones sobre la presencia de característi-
cas psicóticas en la población general. Así, los síntomas de
tipo psicótico ya han comenzado a considerarse por varios au-
tores, como incluidos dentro de un continuo con la expe-
riencia normal, más que como una alteración de la misma19,20.
En el estudio se comprueba que partiendo de una mues-
tra clínica (psicóticos y no psicóticos) y una muestra de
población sin enfermedad mental, tras realizar el análisis de
cluster, las características psicóticas aparecen, en efecto, re-
partidas siguiendo una distribución de curva normal den-
tro de la muestra total.
Esto contribuye a desmitificar el estigma de la sintoma-
tología psicótica, de acuerdo con un enfoque dimensional
de las experiencias mentales, en este caso psicóticas, fren-
te al tradicional modelo categorial psiquiátrico19,20.
Los resultados apoyan la línea de trabajo de otros auto-
res como Krabbendam, Myin-Germeys y Van Os20, que
contraponen y reivindican un modelo dimensional frente
a un modelo categorial, que entiende la psicosis de forma
dicotómica y que identifica síntomas incompatibles con el
cia de síntomas psicóticos como parte de un continuo con
la conducta normal y éstos no implican necesariamente la
idea de alteración psicopatológica, tal y como se ha venido
asumiendo en la práctica psiquiátrica.
Ya se ha mencionado que la aparición de sintomatología
psicótica tiene mayor prevalencia en la población general
que en la clínica, de forma que las personas con experien-
cias psicóticas menores, pese a no necesitar tratamiento, sí
tendrían un mayor riesgo de desarrollar en el futuro un
trastorno psiquiátrico.
De ahí la importancia de potenciar enfoques preventivos
dentro del campo de la salud, ya que debería tenerse en
cuenta el poder predictor de esta sintomatología psicótica,
entendida como probabilidad de desarrollo de una psico-
sis dentro de la población.
Debe resaltarse el atractivo que presenta, a la vista de los
resultados, el estudio del estilo de personalidad CEP-C o es-
quizotípico, que aporta las mayores correlaciones con algu-
nas de las variables estudiadas, en concreto fallos cognitivos,
autoconciencia e ideación mágica.
Más interesante, si cabe, es conocer, según estudios rea-
lizados, la probabilidad congénita de sufrir esquizofrenia que
presentan los sujetos esquizotípicos19. Tal vez esto explique
el interés creciente por el estudio de este rasgo de la perso-
nalidad en la población general21.
Rehabilitación psicosocial. 2006; 3(2):13-8 17