Page 58 - Revol5

A. Jimeno-Valdés, N. Jimeno-Bulnes y M. L. Vargas
vacío de propósitos por medio de actividades sen-
cillas y rutinarias que no exijan una planificación
de propósitos compleja. La laborterapia es aquí
ineludible y en nuestro medio aun queda mucho
por hacer y que legislar, para la dotación de pues-
tos de trabajo protegidos para estos pacientes así
como para el desarrollo de programas específicos
de rehabilitación, ya que existen varios y de gran
interés y calidad, como el anteriormente citado de
IPT.
Otros muchos defectos han sido propuestos en un
intento de identificación de las deficiencias básicas
o fundamentales en la psicosis que se establecerían
a niveles más abstractos en cuanto a su definición,
y a niveles superiores o más complejos respecto su
neurofisiología. Sin duda es necesario continuar
investigando en estos aspectos, lo cual esperamos
de los jóvenes investigadores creyentes en la psico-
patología. En todo caso y como decíamos, la doc-
trina de la escuela de Bonn postula que a partir de
estas disfunciones profundas «emergerían» los sín-
tomas elementales ordinarios.
Consecuencias respecto la terapia del
defecto psicótico
Los conocimientos e hipótesis expuestas, tienen a
nuestro entender una enorme importancia para la pla-
nificación y ejecución de las intervenciones terapéuti-
cas sobre el defecto psicótico con los diversos progra-
mas existentes, como el ya referido IPT. En este
momento enunciamos meramente unos consejos gene-
rales respecto el contacto y actividades con pacientes
psicóticos, y que pensamos es preciso tener muy en
cuenta tanto en la situación de una entrevista ambula-
toria o el día a día de una unidad de hospitalización,
como en los consejos generales a los familiares, lo cual
es una cuestión fundamental que en la actualidad se
desarrolla también mediante los programas de psicoe-
ducación y escuelas de familias.
1. En primer lugar es preciso suprimir el exceso de
estímulos perceptuales y emocionales. Ello condi-
ciona la decoración de la habitaciones (sencilla y
evitando imágenes o cuadros de personas, siendo
preferibles los de paisajes o plantas), el número de
personas presentes en cada intervención, así como
los gestos, movimientos, entradas y salidas, ruidos
de teléfonos, etc.
2. Es necesario garantizar que el paciente psicótico
pueda de vez en cuando aislarse. Esto explica con-
ductas de huida y de refugio de los pacientes en el
cuarto de baño o de salir a un pasillo, etc., o a la
habitación de aislamiento, como observamos con
64 Rehabilitación Psicosocial 2008; 5 (1 y 2): 57-65
frecuencia en la unidad 11 norte del Hospital
Clínico de Valladolid, donde trabajó el primer
firmante de este artículo durante 27 años.
Efectivamente, los mismos pacientes a veces nos
pedían pasar un rato en la habitación de aisla-
miento buscando evitar la sobreestimulación
ambiental.
3. Las tareas han de ser repetitivas, rutinarias y con
gran redundancia. Un defecto identificable con la
prueba de Frankfurt es la pérdida de los automa-
tismos, lo que quiere decir que la rutina y la repe-
tición –o, por qué no decirlo, la estereotipia– debe
utilizarse terapéuticamente edificando precisa-
mente estereotipias y automatismos simples pero
saludables sustituyendo al abandono, pasividad y
desorganización típicos del paciente psicótico
defectual sin tratamientos de este tipo. La dura-
ción del trabajo o actividad se adaptará a las posi-
bilidades y capacidad de cada paciente. Es preciso
tener claro que muchos pacientes necesitan estar
varias horas al día completamente ociosos y debe
permitírseles estar solos en su habitación, o más
tiempo incluso en la cama. Importante es la reali-
zación de una tarea organizada cotidiana, pero no
se les puede someter a programas parecidos a los
que a veces por ejemplo vemos en las actividades
destinadas a tercera edad en vacaciones o excursio-
nes... El paciente psicótico, repetimos, necesita
aislarse con frecuencia y ello debe ser respetado a
toda costa.
4. Dada la mejor conservación de la motricidad res-
pecto la ideación –por ser función filogenética-
mente más arcaica–, se fomentarán aprendizajes
motores, que comienzan por los elementales de
los ritmos y del movimiento sin olvidar la gim-
nasia, la danza y posteriormente el deporte. Es
adecuado acoplar precisamente ideación con
motricidad, tal como desde tiempo inmemorial
han practicado todos los pueblos para el aprendi-
zaje de saberes y rutinas mediante el canto y el
verso. Recordamos una experiencia personal
(A. J.) en el Sanatorio de Conjo en Santiago de
Compostela, en la época en que emprendíamos la
transformación de un terrible manicomio en un
hospital terapéutico. Allá por los años 70 del
siglo pasado organizamos una romería y asisti-
mos asombrados a ver cómo las enfermas más
graves y defectuales, que llevaban decenios casi
sin levantarse del suelo del patio, comenzaron a
bailar al ritmo de la muñeira que habían apren-
dido en su niñez. De aquí la enorme importancia
de una laborterapia basada en los oficios tradi-
cionales, todos los cuales incluían rutinas moto-
ras y canciones del trabajo.