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N a v a r r o y Chévez
de rehabilitación (30); participación activa y trabajo de socio histórico determinado (cultura, red social, etc.)
generalización (8); estrategias de motivación al cambio
(14); creencias del profesional (9); intervención (32):
familiares y personas significativas (7): usuarios
beneficiarios (7) (ver tabla 2 para los elementos que
fueron considerados como estándares de la
rehabilitación psicosocial).
Discusión
Del análisis de los elementos considerados
esenciales por los participantes del estudio podemos
trazar las coordenadas que definen una manera de
comprender y de hacer rehabilitación psicosocial con
personas con enfermedad mental grave. Utilizando un
conjunto de guías y publicaciones técnicas y las
opiniones de un grupo de expertos el estudio
demuestra que a pesar de la complejidad y
heterogeneidad que subyace a la rehabilitación
psicosocial es posible encontrar un grado importante de
acuerdo sobre la práctica de la rehabilitación. Hay un
alto grado de consenso de los expertos y los
profesionales, sobre un 80% de elementos que se
consideran esenciales para ejercer la rehabilitación
psicosocial. El consenso encontrado sugiere que es
posible y razonable encontrar un modelo de atención
para los equipos y servicios de rehabilitación de salud
mental, y para los que una evaluación o comprobación
de su aplicación podría ser una estrategia de
evaluación del servicio.
Sin embargo también somos conscientes de que otra
explicación posible para el consenso es que existe
insuficiente evidencia sobre la eficacia o efectividad
de los elementos del cuestionario lo que hace que los
profesionales no se decanten especialmente por ningún
elemento en relación a los demás. También es
necesario considerar que el estudio identifica lo que un
grupo de expertos piensan que son elementos
esenciales para la rehabilitación psicosocial que no es
igual que comprobar qué elementos se constituyen
como esenciales en términos de eficacia para la
intervención, y que sería un estudio diferente a éste.
También es posible que al hacer el estudio en otros
lugares o contextos el acuerdo sobre los elementos
fuese diferente al encontrado, ya que la selección de
los participantes perteneciente a nuestro contexto y
realidad asistencial limita las posibilidades de
generalizar el consenso.
Aun así y en aras de considerar al menos en un breve
comentario sobre los principales resultados obtenidos,
nos parece adecuado destacar algunas conclusiones
que extraemos del análisis por categoría. En cuanto al
enganche terapéutico y predisposición para comenzar
el proceso de rehabilitación, destaca la importancia que
se da a contextualizar la intervención de forma de que
el usuario pueda comprender y dar un sentido a la
presencia del profesional, para ello es tan importante el
9 Rehabilitación Psicosocial 2014; 11(1): 6-16
“que” se hace, como el “como” y el “donde”. La
rehabilitación concibe al sujeto dentro de un contexto
con vivencias y experiencias singulares, que le sirven
de marco de referencia para explicar su situación. El
profesional debe tener en cuenta estos aspectos para
crear un vínculo positivo y de confianza que facilite el
ajuste posterior de la intervención a las necesidades
(manifiestas, expresadas, objetivas, etc.) y demandas
del individuo. Por lo tanto desde el principio de la
intervención se tiene un especial cuidado del lugar en
el que se realizan los primeros contactos, el tiempo
subjetivo que requiere el usuario para poder afianzar la
relación, entendida esta relación como es espacio de
negociación, en el que la opinión del usuario y su
familia se tendrán en cuenta en cada etapa del proceso
de rehabilitación.
En cuanto a la estructura, objetivos y principios de la
rehabilitación psicosocial, encontramos una gran
fidelidad con el carácter multidisciplinar y trans-teórico
de la rehabilitación psicosocial, la relevancia del
consenso, el acuerdo y la negociación de la estructura
y el contenido del proceso y priorización de aquellas
acciones que redunden en un aumento del autocontrol
por parte del usuario de sus conductas y de sus
contextos sociales/relacionales.
En relación a evaluación, formulación y diseño del
Plan Individualizado de Rehabilitación, se destaca la
orientación de la evaluación hacia los factores que
redunden en aspectos potenciales para el
funcionamiento del sujeto por sobre los deficitarios,
destacando que una de las funciones principales de la
evaluación es facilitar el ajuste de la intervención a las
características, necesidades y demandas del usuario.
Esta incluye tanto variables personales como
socioeconómicas dado que todas ellas interactúan con
los aspectos meramente psicopatológicos, a la hora
establecer las fortalezas del sujeto para afrontar su vida
cotidiana. Cobran relevancia por lo tanto, los factores
de riesgo, los factores protectores, el grado de
vulnerabilidad, la red social, y la percepción que tenga
el usuario de su propio proceso.
La participación activa y trabajo de generalización en
Rehabilitación Psicosocial, son aspectos característicos
y distintivos de este modelo, en tanto se prioriza la
actuación in vivo, en el propio medio natural de la
persona atendida. El usuario no es considerado
“objeto” de la intervención, sino un sujeto en el que
ocupa un rol activo en la selección de las tareas y
objetivos de su proceso. La participación activa del
usuario no es una disposición que se alcance con su
mera enunciación.
Entre las estrategias de motivación al cambio,
consideradas esenciales por el grupo de expertos
destaca la importancia del trabajo directo sobre el
autoestigma, la importancia de que el usuario pueda