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La atención a personas inmigrantes con trastorno mental sin hogar desde una perspectiva cultural
(Cohen –Emerique 1984). (2-3). Por competencia cultural
entendemos la posesión por parte del/la profesional de
unos conocimientos académicos y culturales, unas habili-
dades interpersonales y unas actitudes de interés, humil-
dad, empatía y respeto que le posibilitan comprender otros
mundos y comportamientos distintos y acercarse, interac-
tuar e intervenir con personas que pertenecen a dichos
sistemas culturales. (4). La competencia cultural no solo se
refiere a la intervención de los profesionales que atiendan
a las personas inmigrantes, sino también debe de ser una
característica de los recursos y de las administraciones, las
cuales deberían adaptarse a las necesidades específicas
de estas personas. Consideramos que este criterio debería
ser un requisito y un criterio de calidad para los servicios
sanitarios (5) Así mismo la incorporación de mediadores
interculturales puede ser un importante apoyo a los profe-
sionales y recursos que trabajen con personas inmigrantes
para facilitar la comunicación y el entendimiento y preve-
nir la aparición de conflictos generados por las diferencias
culturales.(6). En base a lo comentado anteriormente, sería
aconsejable tener en cuenta ciertos factores previos a la in-
tervención con esta población para poder realizarla de la
manera más eficaz.
1. En primer lugar los/as profesionales deberíamos
mirarnos hacia dentro, realizar un proceso de au-
torreflexión y autoconocimiento respecto nuestros
prejuicios y estereotipos, cuál es nuestra actitud y pre-
disposición a aceptar otras realidades, pensamientos,
creencias o comportamientos diferentes e incluso
opuestas a las nuestras, ser conscientes de los aspec-
tos de nuestra identidad; políticos, nacionalistas, reli-
giosos, etc. así como de nuestra posición de poder que
afectan a la manera de mirar al inmigrante, Nuestra
forma de “ser” y nuestra “mirada” van a afectar directa-
mente a la calidad y efectividad de nuestra vinculación
y a nuestra intervención.
2. Otro factor es el grado de conocimientos culturales
de los/as profesionales. El objeto de la intervención
social, la psiquiatría y la psicología es atender a los
problemas y dificultades de la vida, que tienen que
ver con lo más humano, lo más íntimo e individual de
cada persona y que está influido determinantemen-
te por factores de aprendizaje y culturales. Por tanto
el/la profesional, para poder realizar las funciones
terapéuticas que le competen ha de conocer esos
factores culturales que son los que condicionan en
gran parte como cada persona vive y manifiesta sus
problemas. La ausencia de estos conocimientos pro-
duce la tendencia a utilizar estereotipos, los cuales no
dejen de ser explicaciones muy simplificadoras de la
realidad y en la mayoría de los casos suelen ser falsos.
Por tanto, sería útil que los/as profesionales tuviesen
conocimientos sobre aspectos relacionados con las
migraciones, factores histórico/estructurales como
el colonialismo, esclavitud o neocolonialismo, los
modelos explicativos de la emigración y sus posibles
causas, factores de atracción y expulsión, etc. (7). Así
mismo tuviesen también conocimientos mínimos de
las diferentes culturas, costumbres, modos de vida,
religiones. Conocimientos básicos de antropología,
etnocentrismo y relativismo cultural, endoculturación
y aculturación. Nociones sobre psicología / psiquiatría
transcultural que considera que tanto que los proce-
sos psicológicos básicos; atención, percepción, motiva-
ción etc., como las emociones y su expresión, o las
características de personalidad, o estrategias de afron-
tamiento no son universales sino que son propios de
cada cultura. Estos conocimientos deberían formar
parte del curriculum en las escuelas o facultades que
de medicina, psicología o trabajo social o integración
social y debería ser ofrecida por los recursos y/o ad-
ministraciones que tengan que ofrecer algún servicio
a esta población. Llegados a este punto y dada la com-
plejidad de esta formación surge el debate sobre lo
adecuado o no de ofrecer recursos especializados con
profesionales expertos para esta población.
3. Es necesario establecer una adecuada comunicación
entre el/la profesional y la persona inmigrante, ya que
las habilidades técnicas son inútiles si no hay una bue-
na comunicación. Lo primero es hablar el mismo idio-
ma, lo cual no es siempre posible y hace necesaria la
figura de un traductor y resultaría de gran utilidad que
se dispusiera en los recursos de documentación escri-
ta y cartelería en varios idiomas. Pero la comunicación
no es sólo un intercambio de mensajes sino la cons-
trucción de sentido. Desde una perspectiva cultural
debemos estar abiertos y comprender otras formas
o modos de entender la realidad y aceptar cualquier
tipo de información sin prejuzgarla en base a nuestro
bagaje cultural, sino entenderla como la forma de
explicar y dar sentido a su comportamiento y su pro-
blema. Las asunciones e interpretaciones automáticas
de los/las profesionales desde su filtro interpretativo
sobre lo que quiere decir la persona inmigrante, la sig-
nificación del lenguaje no verbal, las diferencias en los
estilos de comunicación, la significación de determina-
das palabras que pueden tener connotaciones opues-
tas a las que nosotros/as interpretamos conduce a
una comunicación ineficaz que puede llevar a graves
errores en la comunicación (8). Como en toda relación
terapéutica, es imprescindible establecer un engan-
che, una vinculación, una confianza mutua; crear un
espacio seguro donde puedan surgir las cuestiones
que le importan al usuario/a y, en la intervención in-
tercultural, esto cobra una mayor relevancia. De ahí la
importancia del apoyo de un mediador intercultural.
4. Por último las habilidades culturales: se refieren a dis-
poner de estrategias, técnicas, procedimientos y mé-
todos para evaluar y realizar una intervención eficaz.
INTERVENCIONES EN ÁREAS SENSIBLES CULTURALMENTE
La evaluación e intervención con las personas con trastor-
nos mentales desde la rehabilitación psicosocial, aunque es
individualizada, al carecer de perspectiva cultural puede ser
incompleta a la hora de intervenir con algunas personas
inmigrantes, por lo que creemos que es necesario abordar
junto con todas las demás áreas de intervención en rehabi-
litación psicosocial que también afectan a la población au-
tóctona algunas áreas que están muy influidas por la con-
dición de inmigrante y que en muchas ocasiones, sin esa
perspectiva cultural, suelen pasar inadvertidas. Esto requie-
re generalmente para el profesional más esfuerzo, tiempo
y dedicación comparado con la intervención con personas
autóctonas. Hemos destacado 9 áreas en las cuales resal-
tamos algunas acciones relacionadas específicamente con
la condición de inmigrante sin abordar otras acciones que
son comunes en las intervenciones en rehabilitación psico-
social a todas las personas tanto inmigrantes o autóctonos.
1. Necesidades básicas.
Las primeras atenciones que se realizan con las personas
sin hogar, independientemente de si tienen algún trastor-
Rehabilitación Psicosocial - Volumen 18 nº 2 - Julio-Diciembre 2022 11