Page 313 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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la recuperación subjetiva son:
• Las estrategias adaptativas de afrontamiento.
• El estigma internalizado.
• La autoestima.
Por su especial importancia, convendrá analizar de forma algo más detallada el papel del estigma y autoestigma
en la recuperación. El estigma social que rodea a la enfermedad mental hunde sus raíces en la historia y en la
forma de pensar sobre el ser humano. Habrá que recordar en este punto, el impacto que supuso el dualismo
platónico; cuerpo y alma. La antigua concepción de la enfermedad mental como una posesión diabólica, se
mantuvo en la antropología dualista post platónica dominante en la Edad Media. En esencia, si lo “demoníaco”
es negativo, y la enfermedad mental se relaciona con lo demoníaco, la enfermedad mental en sí misma sería
motivo de exclusión social.
El concepto de estigma ha sido ampliamente investigado. Igualmente, se han establecido algunos componentes
o categorías fundamentales que han determinado su concepción como modelo. Uno de los modelos más citados
es el propuesto por Link y Phelan (2001). Los autores señalan cinco componentes básicos del estigma:
• Etiquetado.
• Estereotipos.
• Aislamiento social.
• Prejuicios y discriminación.
• Pérdida de oportunidades y coerción en la toma de decisiones.
Se ha señalado también, que las personas que sufren de psicosis es uno de los grupos minoritarios más
estigmatizados de la sociedad (Wood et al. 2014). En ello intervienen diversos factores, por ejemplo, su
consideración como “personas poco fiables” o como “personas peligrosas”. Todos estos aspectos han sido
tratados en diversos estudios y trabajos. Al respecto, la aportación de Vass (2016).
La antigua atención asilar e internamiento de las personas con TMG en instituciones psiquiátricas, y salvo
honrosas excepciones, también contribuyó a perpetuar el estigma asociado a la enfermedad mental. Los
pacientes se encontraban confinados en instituciones habitualmente alejadas de los núcleos urbanos y lejos
de los recursos comunitarios. Pero tampoco la desinstitucionalización posterior significó la erradicación del
estigma social. El paso de los pacientes al medio comunitario “no lo resolvía todo”. En esta línea, la aportación
de Michalewicz et al. (2011).
Al igual que para la conceptualización del estigma se han establecido sus componentes o categorías
fundamentales, en el tema del autoestigma se han descrito algunos. Estos son:
• Sentimientos negativos internalizados y baja autoestima.
• Aceptación de los estereotipos sociales negativos como un reflejo del propio autoconcepto.
• Sentimientos de culpa y vergüenza.
• Desesperanza.
No existe demasiada investigación dirigida hacia la experiencia de la persona con enfermedad mental y de
cómo responde a su propio estigma. En nuestro ámbito asistencial, Red de Centros de Rehabilitación Psicosocial
(CDRPS), se realizó un estudio relacionando el auto estigma con otros parámetros (Touriño, Acosta et al. 2018). En
el estudio, se encontró una elevada proporción de personas diagnosticadas de esquizofrenia con moderado-alto
autoestigma evaluado con la escala ISMI (Internalized Stigma of Mental Illness Scale) de Ritsher et al. (2003). Los
pacientes con autoestigma presentaron mayor prevalencia de ideación suicida en el último año, mayor número
de tentativas suicidas previas, mayor depresión y desesperanza, menor autocompasión, mayor autoestima, y
con tendencia a la significación más antecedentes de tentativas suicidas y de autolesión deliberada.
Otro factor central, a considerar como predictor de recuperación, es el importante papel que tiene la
participación del usuario/a en todo lo concerniente a su proceso de recuperación y tratamiento. Actualmente,
la importancia de dicha participación resulta indubitada. Ello se plasma en multitud de recomendaciones y
documentos estatales e internacionales de amplio consenso. Así, por ejemplo, en el documento de la WHO.
Oficina Regional Europea de la World Health Organization (2010), se recoge e integra el “poder para tomar
decisiones” y el conocimiento de todas las opciones terapéuticas posibles para su elección, como elementos
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