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TABLA 10. DISCAPACIDAD Y DESVENTA JA EN REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL
                                                       Anthony (1992)

                       DETERIORO         DISCAPACIDAD                 DESVENTAJA
             Cual Cualquier pérdida o
 Definición  cualquier alteración de     Cualquier restricción o      La falta de oportunidades
	            la estructura o función     falta de capacidad para      para un individuo dado
             psicológica, fisiológica o  realizar una actividad y/o   que limita o impide el
 Ejemplos    anatómica                   función dentro del rango     cumplimiento de un rol
                                         considerado normal para      que es normal (depen-
             Alucinaciones, delirios,    un ser humano (como          diendo de la edad, sexo, o
             depresión                   resultado de una discapa-    factores socio- culturales)
                                         cidad)                       para ese individuo (resul-
                                                                      tante de un impedimento
                                                                      y/o una discapacidad)

                                         Falta de habilidades de      Discriminación, que
                                         ajuste laboral, habilidades  contribuye al desempleo,
                                         sociales o habilidades       exclusión social o proble-
                                         para la vida diaria, lo que  mas alojativos
                                         restringe el desempeño de
                                         dichos roles residenciales,
                                         de roles educativos, voca-
                                         cionales y sociales

Advierte también, que eliminar o suprimir un impedimento no conduce automáticamente a una mejoría
funcional. Del mismo modo, una mejora de la discapacidad no conduce automáticamente a la reducción del
deterioro, aunque podría contribuir a ello. El autor señala, que la evidencia empírica (hasta la fecha de su trabajo)
permite afirmar que:

       •	 Las personas con enfermedad mental grave se pueden mantener en la comunidad con un uso mínimo
             de los servicios hospitalarios.

       •	 Las personas con una enfermedad mental grave, a largo plazo, pueden funcionar con éxito en la
             comunidad, mediante apoyos e intervenciones psicosociales dirigidas a mejorar sus habilidades.

       •	 La evaluación funcional, más que el diagnóstico psiquiátrico o el patrón particular de síntomas,
             será lo que determine a largo plazo este adecuado funcionamiento en la comunidad. Por tanto, las
             evaluaciones clínicas deben centrarse no solo en la sintomatología, sino también en las habilidades y
             en los apoyos que disponga el paciente.

       •	 Para mejorar el funcionamiento comunitario de las personas con enfermedad mental grave a largo
             plazo, será preciso una reorientación y optimización de los recursos asistenciales.

       •	 La mejora en el funcionamiento de un área de la vida, no indica que la persona con enfermedad
             mental grave esté funcionando de forma adecuada en otras áreas de la vida que igualmente se hayan
             visto afectadas.

       •	 Las intervenciones psicosociales y su efecto en el funcionamiento comunitario de personas con
             enfermedad mental grave precisan de tiempo. Cuanto más tiempo de intervención mayor efecto.

       •	 No queda confirmado el pronóstico típico sobre el posible aumento del deterioro interepisódico. Cabe
             la mejoría y recuperación gradual a largo plazo. Un deterioro crónico o grave no significa discapacidad
             total o de por vida.

Señala igualmente, la necesidad de una formación específica de los profesionales en este campo. Por último,
aborda los criterios que debe guiar la implantación de estos modelos en los planes asistenciales, resaltando que
su consideración en dichos planes no debe ser una recomendación “simplemente legislada” sino que debe ser
cuidadosamente planificada.

Aportaciones posteriores, insisten en la necesidad de proveer a los profesionales de una formación y capacitación
técnica específica en el campo de la rehabilitación psicosocial. Cabe señalar en esta línea, el trabajo de Farkas
y Anthony (2001). Como punto de partida indican, que la formación en rehabilitación psicosocial, tanto en los
niveles de pregrado como en los servicios asistenciales, no ha seguido el propio ritmo y desarrollo habido en este
campo. Señalan algunos factores que justifican tal deficiencia, entre ellos: las características muy heterogéneas
del personal implicado, con mayor o menor nivel de titulación académica, con procedencia de distintos ámbitos
y especialidades profesionales. Por ello, resaltan la importancia de diseñar planes de estudios adecuadamente

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