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Jimeno Valdés A. Psicorrehabilitación en el siglo XXI: desde 50 años de experiencia

  Sin embargo me parece necesario insistir más en el desa-       a aceptar más o menos implícitamente que todo paciente po-
rrollo de:                                                       día ser rehabilitado si se le proporcionaba el medio social ade-
                                                                 cuado. En algunos experimentos psiquiátrico-sociales, pues
  1. Trabajo protegido, que suelen ocupar disminuidos fí-        así deben denominarse, como el proyecto soteria de Ciom-
sicos y no psíquicos, siendo así que todos reconocemos           pi en Berna y otros similares se permitía a los pacientes to-
que es el trabajo la principal actividad que verdaderamen-       tal libertad de horarios, vestimentas y actividades dentro
te integra y vincula la persona al entorno social. Aun el        del recinto asistencial donde no se administra medicación.
psicótico crónico – o grave y persistente – puede ser ense-      Ello es hoy día solamente un curiosum, pero todo psiquia-
ñado a ejecutar bajo supervisión trabajos eficaces sobre to-     tra sabe que el enfermo psíquico cuanto más grave o peor es-
do en jardinería y en el cuidado de animales; el ambiente        té, menos acude a los tratamientos, mientras que las consultas
rural aun hoy día, con su entorno más simple y la menor          están saturadas por patologías menores pero muy deman-
presencia de estímulos – que desbordan la capacidad limi-        dantes de asistencia, como los trastornos de ansiedad llama-
tada de elaboración de la información típica del defecto         dos antes neurosis.
psicótico – son sumamente adecuados para dar a muchos
de estos pacientes una situación social y laboral estable.         En la primera fase de la desinsitucionalización, o aun
Claro está que no me refiero solo ni estoy propugnando, lo       hoy día en la mayoría de las Comunidades Autónomas es-
que sucedía en algunos centros de trabajo protegido que          tos pacientes graves pero sin techo siguen gravitando sobre
aprovechaban la tendencia a producir estereotipias moto-         depauperadas familias (por la edad o los medios) y por
ras de algunos pacientes para modelarlas e incorporarlas a       ello se necesitan más unidades y dispositivos que operen ba-
un sistema de producción en cadena.                              jo el claro concepto de ser residenciales y de protección
                                                                 permanente tanto de los pacientes como de la sociedad.
  2. Pupilaje. La integración de un paciente en unidades fa-     Me parece que después de tantos años de propaganda a
miliares, que pueden recibir por ello la adecuada ayuda y        favor de la desinstitucionalización, solo las familias cono-
compensación económica, es desde luego un sistema utili-         cen y soportan este inmenso y a veces peligroso peso. No se
zado desde hace centurias y aun hoy día mucho más desa-          trata de volver al manicomio. Estas unidades deben ser pe-
rrollado en países como Bélgica, pionero en la ciudad de         queñas y contar con los medios personales y materiales ne-
Gheel, y Holanda y Alemania, que yo conozca, que en Es-          cesarios para proporcionar vida digna y segura a estos
paña. Brindan ejemplo en este aspecto las aldeas infantiles      pacientes.
y las familias de acogida así como el incipiente desarrollo de
casas de acogida geriátricas, que esto es lo que son o deben       Solo quien, como quien escribe estos párrafos, ha traba-
ser las residencias tercera edad de pequeño tamaño. La           jado en las unidades de agudos bajo la presión cotidiana de
combinación de ambos dispositivos en granjas rurales fa-         nuevos ingresos y las obligadas cortísimas estancias me-
miliares es tan eficaz y útil para paciente y familia, como      dias, conoce la angustia que supone tener que dar continua-
ajustado de costes si se compara con centros de hospitali-       mente de alta a pacientes que aun no han remitido bien de
zación.                                                          sus síntomas agudos y cuya continuidad de cuidados pue-
                                                                 de ser incierta. El ejemplar desarrollo de estos servicios re-
  3. Unidades de rehabilitación. Se trata de unidades impres-    sidenciales por ejemplo en Andalucía como muestran los
cindibles, pero todos sabemos que están siempre llenas y con     trabajos anteriormente citados, debe servir de acicate y en-
escasa rotación de pacientes, debido llanamente a que son        señanza al resto, que como en la Comunidad donde he
ocupadas casi totalmente por pacientes de difícil o nulas po-    trabajado y desde donde escribo, aun adolecen de un impor-
sibilidades de rehabilitación. Sería necesario definir muy cla-  tante retraso. En algunos lugares se han transformado los
ramente los criterios de inclusión, el tiempo de permanencia     antiguos hospitales psiquiátricos en centros geriátrico-so-
y las técnicas y evaluaciones a aplicar. Su funcionamiento       ciales y a ellos se ha trasladado al paciente psiquiátrico an-
eficaz exige la existencia por ultimo de:                        tiguo; es decir anciano y cronificado, más eso muchas veces
                                                                 se ha producido a costa del olvido de los llamados “nuevos
  4. Unidades y dispositivos residenciales. Ya no cabe ningu-    crónicos” que siguen y seguirán presentándose.
na duda, pues aún los más proclives a opinar según ideolo-
gías antes que por los datos, saben y aceptan que el cierre de   Los procedimientos terapéuticos
los antiguos manicomios, la desinstitucionalización y la Re-
forma Asistencial, conceptos que son todo uno, en estos            Farmacoterapia. Poco escribiré sobre los tratamientos
últimos años han arrojado infinidad de pacientes a la calle,     actuales farmacológicos y menos sobre otros somáticos o
donde se han convertido en pordioseros o sin techo, o son        biológicos. Subsiste sin resolver una cuestión central: La
detenidos en las cárceles por delitos las más de las veces       comparación a todos los efectos entre los antipsicóticos
menores, o que fallecen en el abandono desapareciendo así        clásicos y los atípicos. En todo caso y debido a la índole de
de las estadísticas. El dogma que afirmaba que la enferme-       las enfermedades psiquiátricas y de sus enfermos el médi-
dad mental, con lo que se designaba sobre todo a la esqui-
zofrenia, era consecuencia de la sociedad alienante, condujo

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