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Jimeno Valdés A. Psicorrehabilitación en el siglo XXI: desde 50 años de experiencia

quiatría clásico como la de Emilio Mira ocupaba varias pá-        sos más altos, sin posibilidad de acceder a patio o jardín.
ginas.                                                            Suelen constar simplemente de un pasillo más o menos
                                                                  largo con sus habitaciones a uno u otro lado; un comedor,
  El esfuerzo procedente de la llamada antipsiquiatría por        y los despachos de médicos y enfermería. Nuevos hospita-
denostar los diagnósticos bajo el prejuicio de etiquetado de      les como el nuevo Río Hortega de Valladolid próximo a
las personas, a pesar de que ya están indefectiblemente           inaugurarse, sigue repitiendo este patrón. La masificación,
etiquetadas desde su documento de identidad hasta por sus         la confusión de personas siempre circulantes, el agobio por
cuentas bancarias, ha cobrado como resultado el olvido del        la falta de espacio de juego, de gimnasia, o para las abundan-
estudio de los factores causales de los procesos morbosos         tes visitas, provocan hiperactividad, ansiedad y agitación en
concentrándose los esfuerzos en tareas, desde luego ne-           pacientes y sanitarios. La OMS sin embargo había reco-
cesarias y también nobles, de rehabilitación y socializa-         mendado unidades amplias, porque el paciente psiquiá-
ción que sin duda mejor se efectuarían bajo un buen               trico está de pie; de una o dos camas cada habitación; de no
conocimiento de los factores etiopatogénicos. La separación       más de unos 18 a 20 pacientes; con jardín o patio e impres-
doctrinal e institucional entre psiquiatras de los antiguos       cindiblemente con terapia ocupacional a cargo del profesio-
manicomios, y los de las cátedras y hospitales generales ha       nal correspondiente. La forma más adecuada de la unidad
agravado también este enfrentamiento superado, desde              es la de una L debiendo situarse el puesto de enfermería en
luego, por los mejores en muchas ciudades y servicios. Así        su ángulo. Así se evita la visión masificada de un corredor
que recomendamos un mayor esfuerzo en la investigación            recto facilitándose, sin embargo, la vigilancia.
etiopatogénica.
                                                                    Es anecdótico pero sumamente ilustrativo lo sucedido por
Comentarios y precisiones sobre algunas                           ejemplo en Burgos, en Zamora y en Palencia. Las unidades
situaciones asistenciales en nuestro medio                        de agudos se establecieron primeramente en las Residencias
                                                                  de la Seguridad social, pero en cuanto fue posible se trasla-
  La Unidad de agudos. En los años 70 todos los psiquia-          daron en estos casos a antiguos hospitales (renovados) de
tras que trabajábamos en los Hospitales Psiquiátricos de las      la Diputación Provincial (Divino Vallés en Burgos) con el
Diputaciones Provinciales que en el sentido de la antigua Be-     resultado de detentar estos centros unas magnificas y espa-
neficencia eran responsables de la asistencia psiquiátrica, sus-  ciosas instalaciones. Así en Valladolid nuestro Área Este
pirábamos por acceder a unidades de hospitalización breve         sufre estrecheces en el Hospital Clínico, pero cumpliendo
o de agudos que estuvieran situadas en los Hospitales Ge-         la ley de sanidad, mientras que el Área Oeste disfruta de una
nerales. Ello quería decir también que los ingresos psiquiá-      magnífica unidad en el antiguo Hospital Psiquiátrico Dr. Vi-
tricos agudos o breves fueran atendidos por la Seguridad          llacian, incumpliendo dicha ley y que sin embargo deberá
Social que hasta entonces sólo mantenía consultas mixtas          abandonar próximamente cuando se trasladen los servi-
de neuropsiquiatría. Era una fuerte recomendación de la           cios al nuevo Hospital Río Hortega.
O.M.S que quedó plasmada en las sucesivas leyes generales
de sanidad españolas. Sin embargo en aquel momento eran             AsÍ pues, después de mi experiencia, he cambiado de
muy escasos los hospitales que disponían de unidades psi-         opinión y si no es posible disponer de generosos pabellones
quiátricas.                                                       independientes como en algunas grandes ciudades sanita-
                                                                  rias, por ejemplo las alemanas y americanas, que yo co-
  Se aducían a favor de la creación de estas unidades dos         nozca, creo que pueden ser mejor atendidos los pacientes
motivos principales: La no discriminación de la psiquiatría       agudos en dispositivos independientes de los Hospitales
y sus enfermos respecto los pacientes de las demás especia-       Generales. El traslado de personas o materiales evidentemen-
lidades y la accesibilidad a los métodos somáticos de diag-       te no supone hoy día problema alguno, incluso si fuera
nóstico y tratamiento. La situación provenía desde los            necesario para la administración de T.E.C. En los Hospita-
mismos comienzos de la psiquiatría e incluso había produ-         les Generales bastarían unas pocas camas específicas en el
cido dos posiciones teóricas contrapuestas sobre las enfer-       área de urgencias con tiempos de permanencia máxima de
medades mentales o psíquicas en general. Valgan los               tres días.
ejemplos de Kraepelin trabajando desde los “manicomios”
y Bonhöffer desde el Hospital General de la Charite de Ber-         Dispositivos intermedios. El desarrollo de centros in-
lin. Siguiendo estas recomendaciones desde los finales años       termedios de asistencia, como centros de día y ocupacio-
70 y continuando hoy día se siguen abriendo este tipo de          nales, pisos protegidos y diversos tipos de centros
unidades y no se concibe un nuevo hospital general que no         residenciales es verdaderamente espectacular, pero muy di-
disponga de su unidad de ingresos psiquiátricos.                  ferente entre unas y otras Comunidades Autónomas des-
                                                                  tacando, según mi información Andalucía, Madrid y
  La contemplación y más el trabajo en estas unidades             Valencia. Datos más que elocuentes para Andalucía pue-
provoca sin embargo el desaliento. Suelen situarse en los pi-     den consultarse en los magníficos trabajos de M. Lopez y
                                                                  cols. 4 en esta misma revista .

                                                                                      Rehabilitación psicosocial. 2006; 3(2):29-36 31
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