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Fundamentos Teóricos de la Evaluación Conductual y Funcional en Rehabilitación

   En ella hay que realizar exploraciones amplias y mola-               organizar, con sentido y pertinencia, praxis rehabilitado-
res de las que se infieren conclusiones generales. Por eso              ras. Al situar dicho proceso en un segundo nivel de análi-
sólo permite comprender la globalidad, no la especifici-                sis, queda abierta la posibilidad de cambios sobre el plan-
dad, de la problemática evaluada. No puede predicarse de                teamiento hecho inicialmente (en la evaluación inicial).
ella otro atributo que el de básica, al ser parte de un pro-
ceso valorativo (evaluación como totalidad) que la incluye                 Desde este segundo nivel de análisis sobre el que estamos
(al ser una de sus fases) a la vez que la trasciende.                   teorizando, no pueden sino realizase exploraciones concretas
                                                                        y moleculares. No se puede sino proseguir en la recogida de
   En esta fase prístina, se van a recoger datos que tratados           información, para actualizar y ahondar la recabada durante
convenientemente (evaluados conductualmente), permitan                  la fase de evaluación inicial. Este segundo nivel de análisis
formular hipótesis explicativas genéricas que ayuden a com-             permite inferir conclusiones específicas, y es un modo pre-
prender, a grandes rasgos, aspectos globales de la problemá-            ciso y particular de comprender la conducta.
tica. Estos datos se corresponden con repertorios conductua-
les, y no con unidades de conducta, en cuanto que configu-                 La evaluación continua es más exhaustiva que la evalua-
raciones estructurales, y no funcionales, de los eventos.               ción inicial. Si ésta permite comprender la generalidad de la
                                                                        problemática evaluada, aquella permite comprender la sin-
   Esta evaluación, que es una evaluación en sentido lato,              gularidad. Ergo, hay que alcanzar un nivel de profundidad
por lo explicado, ha de tener un nivel de molaridad alto,               analítica y funcional, que permita clarificar todo lo posible
ya que se interesa por repertorios conductuales que pueden              los datos de la primera evaluación. Para lograrlo, se ha de
ser organizados en áreas vitales.                                       recoger información que, tratada convenientemente (anali-
                                                                        zada funcionalmente), permita formular hipótesis explicati-
   Resumiendo, lo que se evalúa, en la evaluación inicial,              vas de cada una de las unidades de conducta que integran
son repertorios conductuales (por ejemplo, conversación y               cada uno de los repertorios conductuales evaluados (conduc-
asertividad) organizados, por interés metodológico del eva-             tualmente) en la evaluación inicial. Estas informaciones se
luador, en áreas vitales (por ejemplo habilidades sociales).            corresponderían ahora con unidades de conducta, y no con
                                                                        repertorios conductuales, en cuanto que configuraciones
b. Evaluación continua                                                  funcionales, y no estructurales, de los eventos.

   Completar la evaluación inicial no comporta, como se                    Por lo explicado, estamos ante una evaluación en senti-
ha advertido, cerrar el proceso evaluador. Al ser éste un               do estricto. Ha de tener un nivel de pormenorización muy
proceso abierto y continuo, la evaluación ha de continuar.              alto, ya que se interesa por unidades de conducta que,
Así también lo demanda el devenir de cada problemática                  debidamente concatenadas, constituyen un repertorio con-
sometida a análisis. Demanda que se razona del siguiente                ductual. Sus análisis tienen mayor especificidad, más finu-
modo: si la problemática es una acaecer dinámico y dia-                 ra y precisión y por tanto, mayor rigurosidad que los aná-
léctico, un devenir, no cabe postular, mientras sigamos                 lisis realizados en la evaluación inicial.
interviniendo en ese acaecer (rehabilitando), la idoneidad
de evaluar mediante un proceder que en un tiempo limi-                     La combinación de una evaluación inicial y una evalua-
tado se cierra definitivamente.                                         ción continua, «permite avanzar de lo general (primer
                                                                        nivel de análisis) a lo específico (segundo nivel de análisis),
   Cuando se trata de rehabilitar, necesariamente hay que               pudiendo resituar a posteriori estos análisis, más finos y
tratar con el vivir, con la vida de las personas. Vida que              concretos, en el análisis general de la problemática (eva-
como bien dice el profesor Marino Pérez16.                              luación inicial)»17.

      «(...) es una tarea, un hacer y quehacer, abierto sobre un hori-     Los dos niveles de análisis que aquí se vienen reivindi-
      zonte de posibilidad».                                            cando, son fases que se despliegan en una lógica de conti-
                                                                        nuidad que es la que le da, a la evaluación, sentido de pro-
   Cómo se va entonces a comprender cabalmente esa reali-               ceso unitario. Esas fases bien aplicadas, rentabilizan la
dad con una metodología estática. Si rehabilitar es capacitar           evaluación al permitir una comprensión más profunda,
para vivir, y vivir es un continuo obrar sobre eventualidades           precisa y certera del material evaluado. La razón de que
de variable probabilidad, evaluar, para saber cómo rehabili-            esto sea así reside en la posibilidad de analizar parcial y
tar, es un continuo evaluar. No olvidemos que lo que se eva-            exhaustivamente aspectos concretos de la problemática,
lúan son habilidades y capacidades (repertorios conductuales            sin perder de vista la globalidad en la que se integran y a
y las unidades de conducta que los constituyen9) dadas en un            la que integran. Una evaluación en profundidad (evalua-
continuo espacio-temporal indivisible salvo por cortes con-             ción continua en cuanto que análisis funcional) de una
vencionales para aislar, y así poder analizar funcionalmente,           parte (unidades de conducta) del material evaluado, no
sus unidades de conducta. Si se admite que esto es así, de lo           tiene porqué hacer perder de vista el todo (repertorios de
único que cabe hablar es de evaluación continua, como con-              conductas evaluados conductualmente en la evaluación
tinuar evaluando a partir de la evaluación inicial. Si se admi-         inicial) al que esa parte contribuye a conformar.
te que esto es así, de lo único que cabe hablar es de evalua-
ción como proceso constante y permanente. Luego entonces,                     A modo de conclusión diríamos que, la evaluación
la evaluación continua toma a la evaluación inicial como refe-             ha de ser un proceso sistemático e ininterrumpido,
rente, y desde ella progresa para explicitarla, delatando el               organizado metodológicamente en dos fases. Una pri-
carácter epigenético de la praxis evaluadora.                              mera que llamaríamos evaluación inicial, y una segun-
                                                                           da que llamaríamos evaluación continua. La evaluación
   La evaluación continua, al fin y a la postre, no es otra                inicial es una evaluación en sentido amplio y la evalua-
cosa que un proceso de continua ocurrencia desde el que                    ción continua es una evaluación en sentido estricto. La
profundizar en el examen de la problemática, para poder                    evaluación inicial es una evaluación (conductual) de

                                                                        Evaluación en Rehabilitación Psicosocial 35
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