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Jaime A. Fernández Fdez. luntarias, etc. Aunque algunos estudios han encontra-
do limitaciones del autoinforme en poblaciones de psi-
dentro de los entornos naturales del usuario, si pretende- cóticos, especialmente en unidades de agudos38-39,
mos garantizar que se mantenga en tratamiento. La inte- otras investigaciones más recientes han visto que las
rrupción en la provisión de cuidados continuados de per- medidas de autoinforme generalmente aportan infor-
sonas ingresadas, o en un dispositivo residencial, puede ser mación fiable y válida en relación con el consumo de
una de las razones por la cual muchos abordajes no han drogas12-17-40. Posiblemente su validez varíe en función
encontrado impacto a largo plazo 18. del contexto en el cual se recojan los datos41. Por ejem-
plo, las personas se muestran más abiertas cuando
1.8. Formación del evaluador completan un cuestionario de autoinforme en formatos
computerizado o de lápiz y papel, que en entrevistas
El uso incorrecto de las técnicas e instrumentos de eva- cara a cara. Su validez puede ser mejorada también ase-
luación ocasionan serios perjuicios a las personas implica- gurando la confidencialidad de los datos, con una for-
das en el proceso de evaluación. La falta de formación del mulación del instrumento claramente comprensible
profesional es la principal causa de las malas prácticas aso- para el respondente y comprobando que el entrevista-
ciadas a las herramientas de evaluación 35. Algunas escalas do no está intoxicado cuando es evaluado42. En tras-
(PRISM, etc.) no están disponibles sin un entrenamiento tornos no psicóticos (trastorno bipolar y trastorno por
certificado, aunque debemos pensar que todo instrumento estrés postraumático) se ha comprobado43 que el
requiere de un periodo de estudio y entrenamiento especí- autoinforme es un método válido con ciertas condicio-
fico previo a su uso. Los profesionales que administran ins- nes: bajo un tratamiento concreto, cuando se recogen
trumentos clínicos de evaluación y clasificación deben además muestras de orina, cuando son personas bien
conocer bien a sus usuarios, comprender las diferentes pre- conocidas por los profesionales y cuando la honestidad
sentaciones clínicas del TUS y del TD, el proceso de recu- del autoinforme esta fomentada por el entrevistador.
peración y no presuponer sus valoraciones. Un modelo de El autoinforme, en conclusión, cuando es realizado por
entrenamiento18 para profesionales que deben usar escalas un profesional formado, que conoce las consecuencias
clínicas debería comprender al menos 5 etapas: introduc- del abuso de sustancias en el TMG, es a menudo sufi-
ción conceptual, descripción de escalas específicas, prácti- ciente para evaluar la severidad del TUS según las cla-
ca usando cada una de las escalas y su discusión, revisión sificaciones internacionales.
de fiabilidad y validez. • La monitorización es un método prospectivo que cons-
truye una «visión longitudinal» registrando las prác-
2. Metodología e instrumentación de la ticas de abuso de drogas así como las principales con-
Evaluación del uso de drogas en PTMG secuencias sobre la vida cotidiana del usuario (efectos
sobre síntomas, cumplimiento del tratamiento, con-
«Para preguntarse por algo hay que tener ya una idea de lo flictividad familiar, etc.). Este sistema revela la pre-
que es» sencia de la variable monitorizada aportando una
idea más precisa de su intensidad47 y frecuencia. La
G. Bueno. Conferencia ¿Existe la sociedad civil?, La monitorización puede dilucidar la tendencia que
Nueva España, 9-6-1995. adopta la relación del usuario con las drogas a medio
y largo plazo.
2.1. Técnicas de obtención de la información • Observación directa. Es una de las fuentes de obtención
de información más importante, ya se desarrolle en
Los patrones de consumo pueden adoptar una gran dispositivos de la red asistencial o de la comunidad.
variabilidad a lo largo de la vida, la medición del consumo Por ejemplo si el usuario es visto con personas into-
requiere por tanto de una aproximación actual e histórica. xicadas por drogas es una evidencia de que, o bien
El «uso actual» se puede detectar mediante analíticas bio- tiene un trastorno por uso de drogas, o bien está en
lógicas, no así el «uso histórico» que requerirá de técni- una situación de alto riesgo. La observación de diver-
cas de entrevista37 para recoger información básica: edad sos cambios conductuales como la forma de hablar,
primer consumo, del consumo habitual, del consumo topografías conductuales, extraversión o introversión
excesivo, tiempos de abstinencia, frecuencias, cantidades súbitos, así como una ausencia inusual a citas, sínto-
(medias y máximas), vías de administración y horarios, mas repentinos, conflictos, etc. , puede indicar un
contabilizando de forma separada los fines de semana posible abuso de sustancias.
(sobre todo el uso de alcohol). • Información colateral. Los profesionales acceden a
muestras de conductas limitadas predispuestos por
Las fuentes de información pueden incidir en la validez sus propias interacciones, contactos y observaciones
de los datos obtenidos: con el usuario. Esta dependencia de una muestra
limitada de conducta puede ser superada con infor-
• El autoinforme es un técnica con ventajas obvias, muy mación colateral de otras personas que tienen un con-
apropiado para usar con PTMG por bajo coste, poco tacto regular con el usuario18. Profesionales de tra-
invasivo, fácil de administrar, etc. Su validez, sin tamientos anteriores (residenciales, laborales etc.) y
embargo, ha sido cuestionada ya que muchas personas familiares, son las fuentes más frecuentes, pero puede
pueden subestimar su consumo por factores de desea- haber muchas otras (amigos, párrocos, etc.).
bilidad social, implicaciones legales, distorsiones invo- • Detección biológica. Aunque estas pruebas no docu-
mentan las consecuencias del consumo, pueden iden-
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