Page 27 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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En estudios posteriores a la formulación inicial del constructo, no se encontró una correlación transversal entre
la EE y la gravedad de los síntomas durante o después del brote agudo: Brown et al. (1972); Ivanovic et al. (1994);
Nuechterlein et al. (1986); Masanet et al. (1997); van Os et al. (2001); King et al. (2003). Solo Bachman et al. (2002),
encuentran que el nivel de gravedad clínica podía jugar un papel más importante que la cronicidad.
En cuanto al grupo diagnóstico, Ivanovic et al. (1994) hallaron que la crítica era más frecuente en los familiares de
pacientes de tipo paranoide mientras que la sobreimplicación era más frecuente en las familias de pacientes de
tipo desorganizado. Respecto al perfil sintomático, se observó que mientras los pacientes más productivos eran
raramente criticados, tanto los comentarios críticos como la sobreimplicación se dirigían más frecuentemente
hacia los síntomas residuales de la esquizofrenia: Leff y Vaughn (1985); Hooley (1985, 1987); Phillips y Xiong
(1995); Provencher y Mueser (1997); Weisman et al. (1998); King (2000); Ran et al. (2003).
En lo concerniente a la relación entre la EE y las características de los pacientes, previas a la recaída, los estudios
apuntaban a que la EE no sería causa de la clínica del paciente, sino que se trataría de una reacción a las
características clínicas de este, ya que se asociaría con variables preexistentes en el momento de la medición,
tales como: peor funcionamiento social, rasgos de personalidad y menor nivel de psicopatología (Miklovitz et al.
1983). También se asociaría con mayor número de episodios psicóticos previos: Bentsen et al. (1998); van Os et
al. (2001).
En cuanto a la estabilidad de la EE a lo largo del tiempo, parecía existir unanimidad en que un cambio desde la
AEE a la BEE era más frecuente que al contrario e indicador de buen pronóstico. En esta línea: Brown et al. (1972);
Hogarty et al. (1986, 1991); Leff et al. (1989, 1990); Vaughan et al. (1992); Stirling et al. (1993); Boye et al. (1999).
Algunos de los factores que se asociaban con la disminución de la AEE eran, entre otros: el sexo femenino del
familiar (Santos et al. 2001), o bien tratarse de primeros episodios (Lenior et al. 2002).
Algunos estudios posteriores, han investigado la relación existente entre la emoción expresada, la gravedad de
la enfermedad y la carga subjetiva de los familiares. Al respecto, Carrà et al. (2012). En este estudio realizado en
Italia, los autores señalan como hipótesis previa, que los familiares designados con AEE reportarían una mayor
carga subjetiva asociada con la gravedad de la enfermedad, número de hospitalizaciones previas y duración de
dicha enfermedad.
Realizan dos tipos de intervenciones con grupos multifamiliares:
• Grupo centrado en psicoeducación.
• Grupo centrado en habilidades de comunicación y afrontamiento de la enfermedad, identificación y
manejo del estrés, y resolución de problemas.
Los principales hallazgos fueron:
• Que los familiares con AEE, informaron una mayor carga subjetiva por la atención de conductas
perturbadas de los pacientes y efectos adversos, pero no percibieron más déficits en el desempeño
de los roles sociales.
• En cuanto a las características de gravedad de la enfermedad, ni el número de ingresos hospitalarios
previos ni la duración de la enfermedad permanecieron asociados con una AEE en el análisis de
regresión.
• El funcionamiento psicosocial anterior de los pacientes, medido por los años que permanecieron
exitosamente integrados en el sistema educativo, si parecía proteger a los familiares y evitar la AEE.
Señalan, que la investigación futura deberá abordar la experiencia subjetiva de angustia y carga entre los
cuidadores con AEE, como un objetivo para la intervención, tanto para reducir el estrés familiar como para
mejorar los resultados de los pacientes. Señalan igualmente, que las costumbres y tradiciones pueden definir
no solo el tipo de comportamientos que justifican los comentarios críticos o AEE de los familiares, sino también
la carga vinculada al cuidado del paciente. Concluyen que, se debe hacer todo lo posible para abordar estos
aspectos y cuestiones culturalmente sensibles de interacciones mal ajustadas entre pacientes y cuidadores.
2. La emoción expresada como rasgo temperamental, presencia de psicopatología, o características
específicas de los familiares
Las actitudes de los familiares de AEE, hacia las cuales estarían predispuestos por sus propios rasgos y
características, aparecerían al sobrepasar un umbral de estrés provocado por la sintomatología del paciente.
Así, la EE tendría atributos de rasgo y atributos de estado (Hooley y Gotlib, 2000).
Peterson y Doherty (2004), asociaban las actitudes de AEE al duelo por la pérdida de las aspiraciones y esperanzas
depositadas en la persona afectada. La ruptura biográfica producida por la esquizofrenia provocaría en los
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