Page 303 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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el proceso de atención al paciente desde que es derivado al CDRP: entrevista inicial paciente-familia, evaluación
inicial paciente-familia, establecimiento de objetivos consensuados con paciente-familia en Plan Individualizado
de Rehabilitación (PIR), revisión periódica de dichos objetivos o establecimiento de pactos paciente-familia de
cara al desarrollo del PIR, e incluso a través de simples contactos telefónicos con los familiares que suelen
aportar valiosa información.

Entre los numerosos estudios que se ocupan de analizar los resultados de la intervención familiar en la
esquizofrenia, hay un sector que no aprecia diferencias significativas entre los programas basados exclusivamente
en el formato multifamiliar y los que combinan ambos tipos de formatos multifamiliar-unifamiliar: McFarlane
(1994); McFarlane et al. (1995a); Schooler et al. (1995); Schooler et al. (1997).

Sin embargo, tal acumulación de evidencia nada dice sobre la utilidad de la intervención unifamiliar en
determinados casos y situaciones. Solo una línea de investigación muy selectiva y minuciosa, centrada en
analizar los resultados de dicha intervención en un determinado perfil o repertorio de supuestos, contribuirá a
definir de forma más precisa su indicación.

Mientras tanto, sería demasiado ingenuo y arriesgado considerar que solo “las familias con más dificultades” son
las susceptibles de este tipo de intervenciones. Primero, porque en el origen de tales dificultades se entremezclan
numerosos y muy diversos factores que se deben elucidar uno por uno, cuidadosa y discriminadamente, ya que
no todos se benefician de la intervención unifamiliar. Y segundo, porque muchas veces es el afán profesional de
sumar recursos para abordar desde diversos frentes unas dificultades aparentemente obvias e inexplicablemente
persistentes, lo que conduce al fracaso y consiguiente desuso de estrategias de intervención sin duda eficaces y
hasta muy versátiles, pero fuertemente condicionadas en su manejo por los criterios de indicación.

Conviene, por tanto, insistir en el uso selectivo de la intervención unifamiliar. Su indicación debe ser detenidamente
sopesada en el curso del PACF, a partir de las observaciones de los distintos profesionales implicados en el caso,
y de la propia evolución de la familia durante el 3º Módulo. También y como norma general, se deberá atender
los criterios y condiciones establecidas por Dixon et al. (2000) para todas las formas de intervención familiar,
además de observar otros de carácter específico. Se muestran las que se consideran esenciales. Ver Tabla 24.

Los problemas susceptibles de intervención unifamiliar en el curso de la rehabilitación psicosocial son de muy
diversa índole: desequilibrios en la distribución de roles y tareas, manejo de síntomas residuales, resistencia
del paciente a asumir determinadas responsabilidades, reordenación del entorno intra y extrafamiliar tras
una recaída, desarrollo de estrategias frente a los signos de alarma, expresiones diversas del estigma y del
aislamiento social, problemas comunicacionales persistentes que no han podido ser abordados en el marco de
la intervención multifamiliar o han sido abordados con poco éxito, desarrollo de hábitos de estudio o trabajo,
conflictos generacionales.

Como regla general, los problemas que conciernen más directamente al paciente deben haber sido tratados con
él previamente, de forma individual y detalladamente, hasta contar con suficiente disposición por su parte para
trabajar en el marco propuesto de la intervención unifamiliar. En tal sentido, las intervenciones unifamiliares
nunca irán encaminadas a forzar acuerdos más o menos improbables o arduos, sino a fortalecer y hacer más
operativo el consenso familiar respecto a determinadas cuestiones que tienden a “atascarse” en su concreción
cotidiana.

Las situaciones que requieren ese tránsito cualitativo son por lo demás, bastante típicas y concretas. Por ejemplo:

       •	 Un paciente puede hallarse en fase de entrenamiento prelaboral, siendo consciente de la importancia
             crucial de levantarse temprano, pero nadie hasta ahora ha conseguido que lo haga un solo día.

       •	 Unos padres pueden haber comprendido la necesidad de supervisar determinadas tareas y mantenerse
             al margen en otras, pero se muestran hasta ahora incapaces de hacerlo

       •	 Determinadas incidencias vecinales derivadas del estigma y que pueden provocar excesivo “ruido”
             intrafamiliar por la interferencia de factores intergeneracionales.

En muchos otros casos, el factor decisivo será la previsión de cambios importantes en el equilibrio del sistema,
por la ausencia transitoria o definitiva de alguno de los miembros, por imponderables de cualquier tipo en el
entramado de roles y responsabilidades, por modificaciones sustantivas en la red de apoyos sociales, etc.

Guía de intervención familiar en la esquizofrenia  303
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