Page 39 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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Para la actualización de esta Guía, se ha considerado conveniente analizar algo más en detalle todos estos
aspectos, y revisar los estudios y aportaciones realizadas desde el campo de la investigación.

Cabría señalar, por ejemplo, las diversas formas y ritmos en que el duelo puede manifestarse en cada miembro
de la familia. Así, pueden existir diferencias entre los progenitores del paciente, y observarse que un progenitor
ya ha aceptado la enfermedad mental grave de su hijo y ha comenzado a elaborar su propio proceso de duelo,
mientras que el otro persiste en su criterio de que lo que afecta a su hijo es un problema psicológico pasajero,
no habiendo aún experimentado ninguna señal de duelo.

Los profesionales deben respetar estas diversas formas y ritmos en que el duelo se manifiesta en cada miembro
de la familia, incluido el paciente.

Del mismo modo, el duelo de los progenitores de un paciente con un trastorno mental grave, no se identifica
exactamente con el duelo que puedan experimentar los hijos, y especialmente los hijos menores de progenitores
con TMG. Cabe mencionar al respecto, el estudio de Sánchez del Hoyo y Sanz (2004). En el trabajo se señala, que
los hijos menores de padres con TMG, presentan características comunes con elementos propios del duelo en
población adulta, tales como:

       •	 La vivencia experimentada por estos hijos menores de la no disponibilidad de su progenitor/a, ni física
             ni emocionalmente. Y, por tanto, el sentimiento de “haberles perdido”.

       •	 La experiencia de aislamiento y sentimientos de culpa, incluso respecto a que ellos mismos hayan
             podido contribuir a la enfermedad de su progenitor. Y, por tanto, presentar sentimientos que se
             asemejan a los experimentados por los adultos, cuando se preguntan si podían haber hecho algo por
             evitar la pérdida del ser querido.

       •	 La confusión experimentada por estos menores al confrontarse con dos mundos separados: el de
             su familia dominado por su progenitor psicótico, y el mundo exterior a la familia representado por el
             colegio y sus iguales. La toma de conciencia de estas dos realidades separadas, normalmente durante
             la adolescencia o la juventud, viene acompañada por el dolor, pena o aflicción, de tener que reconocer
             la enfermedad mental de su progenitor.

El “duelo propio” experimentado por las personas con TMG, ha sido abordado no solamente por su repercusión
en la forma que el paciente afronta la enfermedad, sino también por su repercusión en la sintomatología, en
la forma que el paciente se relaciona con el medio o con su familia, y también por su implicación en la práctica
clínica. En esta línea, Gamo et al. (2003). Los autores revisan el impacto del duelo en una muestra de 207 pacientes
psicóticos, en su sintomatología y la forma en que dicha sintomatología psicótica modula la elaboración de la
pérdida, refiriéndose tanto a la existencia de duelos anteriores relevantes, mal resueltos o con posibles efectos
desencadenantes de la enfermedad, como a duelos sobrevenidos posteriores al debut psicótico. Concluyen, que
los pacientes con duelo deben ser objeto de una especial atención, en cuanto a su seguimiento clínico, apoyo
psicoterapéutico y sociofamiliar.

Otras aportaciones se han dirigido a la forma en que el duelo impacta en diversos grupos especialmente
vulnerables. Al respecto, De Ellie (2018). En este trabajo, se realiza una descripción de los aspectos y principios
fundamentales señalados por la literatura como estrategias eficaces para el abordaje del duelo. De forma
general, se recomienda que los distintos servicios o recursos disponibles dispensen los siguientes apoyos:

       •	 Apoyo en la secuencia inmediata del duelo.

       •	 Apoyo en el reconocimiento de la pérdida y en sus efectos a largo plazo.

       •	 Apoyo en el proceso de “estabilización” del duelo.

       •	 Apoyo desde los movimientos asociativos.

En el trabajo se concluye, que es necesaria mayor investigación sobre el impacto del duelo en otros contextos y
situaciones. Así en: procesos de divorcio, situación de privación de libertad y encarcelamiento, pérdida de hijos
por derivación a servicios tutelares o de asistencia social, procesos de separación causados por la migración,
pérdida de empleo, pérdida del hogar.

La repercusión del duelo experimentado por una persona con TMG, en el afrontamiento de su enfermedad y
en sus relaciones sociales y familiares, cobra si cabe, una mayor relevancia en la psicosis temprana. No hay que
olvidar el gran impacto vital que produce un debut psicótico temprano. Afecta al joven cercenando muchas de
sus expectativas: académicas, sociales, sentimentales. Suele provocar desesperanza, frustración, autoestigma.
Y todo ello, en un periodo evolutivo que no ha concluido. Por tanto, la atención del duelo experimentado en
jóvenes psicóticos debe ser especialmente considerada por los profesionales y servicios. En esta línea, Valencia
(2014). La autora realiza una descripción de las principales características del duelo en jóvenes psicóticos, y

Guía de intervención familiar en la esquizofrenia  39
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