Page 95 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
P. 95

Por último, insistir en la importancia de la estrecha relación clínico-paciente, y en la colaboración con las familias
por su relevante papel en la adherencia al tratamiento farmacológico.

VI.2 ASPECTOS GENERALES Y NUEVAS PERSPECTIVAS DEL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO EN LA
ESQUIZOFRENIA			

Para este apartado se desglosará:

       A. Aspectos generales del tratamiento farmacológico.

       B. Elección del fármaco antipsicótico.

       C. Aspectos diferenciales del tratamiento farmacológico según la fase de enfermedad.

       D. Tratamiento de mantenimiento con antipsicóticos de acción prolongada.

       E. Monoterapia antipsicótica y polifarmacia antipsicótica.

       F. Fármacos coadyuvantes en el tratamiento de la esquizofrenia.

A. ASPECTOS GENERALES DEL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

Las características clínicas de la esquizofrenia, su heterogeneidad, la influencia de factores físicos, psicológicos y
sociales en su evolución, y la dificultad de medir los cambios en dicha evolución, hace que este´ fuera del alcance
de la experiencia clínica individual el poder consolidar conocimientos adecuados y suficientes para tomar las
decisiones más optimas en el tratamiento de cada caso. Las decisiones sobre el uso de antipsicóticos en la
esquizofrenia deben apoyarse en guías clínicas. Si las decisiones tomadas se apartan de dichas guías, deberá
ser tras una reflexión clínica pausada y también compleja, que haya tenido como referencia los mencionados
documentos. El tratamiento de primera elección es el farmacológico, con fármacos antipsicóticos.

El objetivo fundamental de la intervención farmacológica en la esquizofrenia es la mejoría sintomática, así como
la reducción de la frecuencia, intensidad y consecuencias psicosociales de los episodios. Ello va a depender de
la fase de enfermedad en la que se encuentre el paciente, y de las características propias de cada individuo. La
prescripción de un tratamiento farmacológico a un paciente siempre debe realizarse en el marco de un plan
terapéutico individualizado. Para la elaboración de dicho plan, debe tenerse en cuenta cuestiones tales como: el
estado actual, el curso clínico, la gravedad y frecuencia de los episodios, los tratamientos y consecuencias de los
episodios previos, las necesidades tanto objetivas como subjetivas del paciente, sus capacidades personales y
los factores biológicos, interpersonales, sociales y culturales que afectan a su adaptación. GPC. Sistema Nacional
de Salud. (2009. Modificado).

Actualmente, la importancia de la participación del paciente en todo lo concerniente a su tratamiento y proceso
de recuperación, resulta indubitada. Ello se plasma en multitud de recomendaciones y documentos estatales
e internacionales, de amplio consenso. Así, por ejemplo, en el documento de la Oficina Regional Europea de la
World Health Organization. (2010). En el modelo actual de recuperación centrado en la persona, se incorpora
y encuadra la toma de decisiones compartidas entre pacientes y profesionales como una potente estrategia.
Este modelo de toma de decisiones compartidas guarda una íntima relación con el principio de autonomía del
paciente, y con los aspectos éticos que deben guiar cualquier intervención con las personas afectadas (Ramos
Pozón, 2010). Los pacientes con esquizofrenia, si son tratados y se encuentran en una fase de estabilidad
clínica, no solo pueden ser muy capaces de tomar decisiones sobre su propia vida, sino que también suelen
mostrar una actitud positiva para ello, adoptando un rol activo y participativo en dicha toma de decisiones. Esta
participación no se va a referir únicamente a una elección basada en sus deseos, sino a una decisión tomada de
forma conjunta con el profesional. Ello suele estar vinculado con el tratamiento farmacológico y con sus posibles
reacciones adversas, de manera que los pacientes desearán conocer qué fármacos hay disponibles para su
enfermedad, qué contraindicaciones tienen, y cuáles son los más indicados para su situación clínica, teniendo en
cuenta sus valores y preferencias. Por tanto, la solicitud de cambios de tratamientos psicofarmacológicos y/o de
las dosis, suele ser uno de los elementos que va a determinar el deseo del paciente de participar en esta toma
de decisiones compartidas con el clínico de referencia. En el trabajo citado de Ramos (2010) se indica, además,
que este modelo de toma de decisiones compartidas ofrece fiabilidad clínica.

La toma de decisiones compartidas también ha sido objeto de investigación en primeros episodios psicóticos.
Al respecto, la aportación de Ishii et al. (2014). En este estudio controlado aleatorizado, los autores realizan una
evaluación del efecto de esta intervención SDM (Shared Decision Making), de la toma de decisiones compartidas
en comparación con el tratamiento habitual TAU (Treatment as Usual), en la satisfacción del paciente al alta, y
tratamiento de continuación a seis meses, para pacientes con primer episodio por esquizofrenia. Los resultados
revelan un efecto significativo de la intervención SDM, en comparación al grupo TAU estándar, respecto al nivel
de satisfacción al alta hospitalaria y tratamiento de continuación. También se ha abierto un foco de interés

Guía de intervención familiar en la esquizofrenia  95
   90   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100