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López M, et al. Evaluación del Programa residencial para personas con trastorno mental severo en Andalucía (V):
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fasis en principios como el de “poner al ciudadano en el        ciden con la constatación empírica de la pertinencia y uti-
centro del sistema”, hasta la generalización del uso de en-     lidad de las valoraciones subjetivas, realizadas por perso-
cuestas de satisfacción y servicios de reclamaciones en las     nas con enfermedades mentales graves, y relativas, tanto a
instituciones sanitarias y sociales, parece haber aquí una      distintos aspectos de su situación, como al funcionamiento
tendencia general, al menos en los países con mayor nivel       concreto de los programas puestos en juego para ayudar-
de desarrollo9-11. Tendencia que cabe relacionar con un         les a mejorarla24-30. Así sucede no sólo en distintos aspec-
avance hacia la democratización de los servicios públi-         tos del tratamiento sanitario, sino en programas de apoyo
cos, pero en la que también es legítimo considerar que se       social, tanto residenciales como de empleo31, etc., donde
hace habitualmente desde visiones que podemos deno-             los usuarios manifiestan opiniones razonables, no siempre
minar “liberales” e “individualistas” de la democracia, a di-   coincidentes con las de profesionales y/o familiares32-36.
ferencia de planteamientos más tradicionales de la salud        Constituyen así una dimensión no exclusiva, pero indis-
pública (“participación comunitaria”12).                        pensable en la planificación y evaluación de servicios e in-
                                                                tervenciones21,23.
  En cualquier caso, si esto es así para todos los ciudadanos,
¿por qué no va a serlo también para aquellos que padecen          En el campo concreto de los programas residenciales, la
algún tipo de enfermedad o trastorno mental grave? De           bibliografía muestra la consistencia de los puntos de vista
hecho, en la revisión inicial sobre programas residenciales1,   de los usuarios, con preferencias con respecto a modelos or-
señalamos cómo, en nuestro campo, los aspectos subjetivos       ganizativos, entornos vecinales, procedimientos de elección
han ido cobrando progresivamente importancia, en el mar-        y modos de funcionamiento interno de los alojamientos,
co del cambio conceptual que supone el paradigma de la          casi siempre en el sentido lógico por otra parte, de acer-
atención comunitaria en salud mental1,8,13-15. Hablar, en       carlos lo más posible a la vida “normal”5,8,20-30,32-36, lo
efecto, de ciudadanos8,13,14, sujetos de derechos y obliga-     que justifica la exploración de estos aspectos en nuestro es-
ciones, significa reconocer capacidad para opinar y perti-      tudio.
nencia de las opiniones, en consonancia con el énfasis en las
dimensiones subjetivas, que incorporan modelos como los         Material y método
basados en el concepto de “recuperación”16-18, o la pers-
pectiva del empowerment19 (de difícil traducción castellana,      Vamos, por tanto, a presentar aquí los resultados obte-
más allá de los poco atractivos términos “apoderamiento”        nidos en el estudio sobre el programa residencial de FAISEM,
o “empoderamiento”). Tendencias en las que confluyen            que pretenden dar cumplimiento al objetivo nº 4 del mismo:
planteamientos profesionales y reivindicaciones de movi-        “conocer las actitudes hacia el alojamiento y el grado de sa-
mientos asociativos de usuarios8,13-15,16-19. Aunque también    tisfacción de los residentes”1. Esta información esperamos
aquí caben visiones más o menos escépticas (aunque no           que permita completar esta primera visión general sobre
siempre explícitas, por aquello de la “corrección política”)    características de los mismos que intentamos ofrecer en es-
sobre la pertinencia de tener en cuenta las opiniones de        tos artículos1-4 y de la que, pese a su carácter básicamente
quienes, en mayor o menor medida, tienen dificultades de        descriptivo, intentamos obtener datos para una valoración
captación y valoración, al menos de algún tipo de realidad      del programa, que nos permita introducir correcciones y me-
(la relacionada con su sintomatología psicótica).               joras en su desarrollo.

  Y finalmente, el tema, como toda exploración de senti-        Sujetos de estudio
mientos personales, tiene también dificultades metodo-
lógicas que se recogen en la bibliografía9-11 y que se agravan    El número y la distribución de los residentes estudiados
en este sector tan específico de la población20-23. Dificul-    se ha expuesto ya en artículos anteriores1-3, a los que re-
tades que se manifiestan, por ejemplo, en la diversidad de      mitimos nuevamente para más detalles. Recordamos tan
conceptos (“calidad de vida”, “actitudes”, “satisfacción”)      sólo que se intentó recoger datos de la totalidad de los
e instrumentos utilizados en este campo, así como a la es-      residentes en Casas hogar y viviendas supervisadas en la fe-
pecial complejidad de intentar “objetivar” algo por defi-       cha del estudio, obteniéndose finalmente información de
nición subjetivo, influenciable y cambiante21. Así, las         399 personas. De ellas, 203 residían en dispositivos tipo Ca-
revisiones sobre el tema, refieren los problemas derivados      sa hogar y 181 en viviendas supervisadas o pisos, inclu-
del uso habitual de conceptos poco claros, diseños meto-        yéndose también 15 usuarios del programa, que cambiaron
dológicos deficientes e instrumentos ad hoc, de dudosas         de tipo de dispositivo en el transcurso del estudio. Por ello,
propiedades psicométricas20-23.                                 aunque sus datos se incorporan cuando hablamos de la po-
                                                                blación total, no se adscriben a ninguno de los dos tipos
  Ni las incertidumbres teóricas ni las dificultades e insu-    de dispositivos. En el caso de la información que sirve de
ficiencias de la metodología disponible pueden excluir el
tema de un intento de análisis, y ello no sólo por razones                          Rehabilitación psicosocial. 2005; 2(2):56-63 57
ideológicas (en realidad, de apuesta por determinados va-
lores éticos y políticos), sino porque éstas también coin-
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