Page 319 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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Tabla 29. EVALUACIÓN DIMENSIONAL DE LA RECUPERACIÓN
INSTRUMENTOS ÁREAS / CARACTERÍSTICAS REFERENCIAS
The Leadership Education
Formación en liderazgo para la au- Bullock et al. (2000)
and Training Assessment tonomía, participación comunitaria
y actitudes hacia la recuperación.
The Well-Being Scale
The Mental Health Medida del bienestar Campbell y Schraiber (1989)
Confidence Scale
The Hearth Hope Scale Factores predictivos de la participa-
Hope Scale ción y no participación en grupos de Carpinello et al. (2000)
The Staff Relationships Scale autoayuda
Making Decisions Empowerment Esperanza en la recuperación Hearth (1992)
Scale
The Consumer Esperanza en la recuperación Snyder et al. (1991)
Empowerment Scale
Recuperación en ámbitos residen- Hornik, Ralph y Salmons (1999)
ciales de apoyo
Papel de la toma de decisiones y Rogers, Chamberlin, Ellison y Crean
empoderamiento en la recupera- (1997)
ción
Papel del empoderamiento y grupos Segal, Silverman y Temkin (1995)
de autoayuda en la recuperación
En aportaciones posteriores, se ha abordado extensamente el tema de la recuperación funcional de la
enfermedad mental y su medida. Cabe señalar, el trabajo de Mausbach et al. (2009). Los autores, plantean una
matización previa respecto a la distinta consideración que puede atribuirse a dicha medida de recuperación. Así,
por ejemplo, la comunidad científica suele definir la recuperación como un resultado, poniendo el énfasis en la
mejoría sintomática o en la mejora del funcionamiento general del usuario. Sin embargo, en las orientaciones
centradas en el consumidor, se suele definir la recuperación como un proceso para lograr la autonomía, mayor
capacitación o esperanza hacia el futuro. Esta distinta perspectiva va a influir directamente en la medida del
constructo.
Los autores destacan lo señalado por Harvey y Bellack (2009), respecto a que la mejoría o remisión de los
síntomas psicóticos positivos, no está necesariamente ligada a un mejor funcionamiento ni tampoco parece que
haya estrechos vínculos entre cualquiera de estos factores y el bienestar. Por tanto, la medida de la recuperación
requeriría no solo evaluaciones separadas, sino también diferentes enfoques.
Más recientemente, cabría destacar la revisión sistemática realizada por Shanks et al. (2013). Este grupo de
autores señala nuevamente, que las diferentes conceptualizaciones y definiciones del término recuperación
justifica la complejidad en la elección de “lo que debe ser medido”.
En el trabajo, se revisan los estudios sobre medida de recuperación en las principales bases de datos. Identifican
trece medidas de recuperación y sus propiedades psicométricas. Concluyen, que ninguno de los instrumentos
dispone de una evaluación psicométrica completa, aunque el RAS (Recovery Assessment Scale: Corrigan et
al.1999), el QPR (Questionnaire About the Process of Recovery: Neil et al. 2009), y el STORI (Stages of Recovery
Instrument: Andresen et al. 2006) poseen las evidencias más fuertes.
Finalmente, señalan los principales vacíos metodológicos y sugerencias para su corrección:
• En primer lugar; incorporar de forma específica la sensibilidad al cambio en los instrumentos de
medida. Esta medición del cambio supondrá una conceptualización empíricamente defendible de
la recuperación como un constructo, y si se trata de un proceso continuo o se produce en etapas.
Igualmente, será necesario afinar los criterios metodológicos que deben guiar su práctica y evaluación.
• En segundo lugar; establecer “estándares” adecuados para realizar una evaluación de la validez de
criterio.
• En tercer lugar; realizar la evaluación de los instrumentos al uso en diferentes ámbitos asistenciales,
diferentes contextos geográficos, diferentes poblaciones clínicas y diferentes idiomas.
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