Page 326 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
P. 326

tienen hacia los usuarios/as. Y que, aunque siempre hay que respetar la autonomía y derechos del individuo, es
necesario que dicho individuo tenga cierta competencia para decidir.

Dicha competencia, puede estar influenciada por múltiples factores: personales, sociofamiliares, económicos.
Señala el autor, que la exploración y evaluación de la competencia ha de estar conformada no solo por datos
objetivables, sino fundamentalmente por hechos y valores. Esta valoración y “análisis bioético del entorno”,
aunque puede resultar complejo por su multidimensionalidad, va a ser imprescindible.

El término ciudadanía, proviene del latín “civitas” (ciudad). La ciudadanía es la condición que se otorga al
ciudadano/a, de pertenecer y ser miembro de una comunidad organizada. Este concepto de ciudadanía está
estrechamente ligado al derecho, sobre todo en lo que se refiere a los derechos políticos y civiles. El concepto,
de raíces muy antiguas y larga trayectoria histórica, ha sido tratado ampliamente. Pero en general, el pasado,
presente y futuro de la ciudadanía están relacionados con un principio que explica la virtud democrática y el fin
último de la política y la moralidad (Horrach, 2009).

El siglo XX, fue escenario de múltiples cambios a nivel organizacional y político, de conflictos bélicos y depresiones
económicas. El cierre de esta etapa y de las devastadoras consecuencias humanas, materiales y económicas
de la Segunda Guerra Mundial, reabrió la consideración de la ciudadanía y su integración en los principales
documentos y declaraciones internacionales. Así, por ejemplo, en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (1948. Arts. 15 y 21), o en la Convención Europea de Derechos Humanos (1953).

Todo ello, ha impactado en el enfoque de recuperación del TMG, que incorpora como una de sus dimensiones la
recuperación de la ciudadanía. Las políticas actuales en materia de salud mental, por tanto, no solo se dirigen a
que las personas con TMG “puedan seguir viviendo en la comunidad”, sino que incorporan estrategias para que
las personas con TMG puedan “ser y seguir siendo miembros activos de la comunidad”.

Esta relación entre la ciudadanía y la recuperación, a pesar de su extendida consideración teórica, no goza de
similar desarrollo en el campo de la investigación. Igualmente, la evaluación de ambos constructos de forma
interrelacionada resulta escasa. Al respecto, la aportación de Pelletier et al. (2015). Los autores, realizan un
análisis de las propiedades psicométricas de dos escalas: CM “Medida de la Ciudadanía” (Rowe et al. 2012), y RAS
“Escala de Evaluación de Recuperación” (Corrigan et al. 1999). Concluyen, que la validez de constructo y fiabilidad
de ambos instrumentos son satisfactorias, y demuestran su validez convergente y la relación empírica entre
ciudadanía y recuperación.

VIII.1.9.2 RECUPERACIÓN Y ESPERANZA

La esperanza de cualquier persona en poder alcanzar sus objetivos, o algo relevante para su vida, suele
estar impregnada de cierta fluctuación y fragilidad. En general, todos los individuos pueden esperanzarse y
desesperanzarse con relativa facilidad. Pero en las personas con TMG, y en sus familiares o cuidadores, dicha
fluctuación y fragilidad es aún más patente. Por ello cabe considerar, en total consonancia con lo señalado por
Stuart (2010), que el abordaje de la esperanza en la recuperación de la enfermedad mental precisa de un “toque
suave y de un soporte firme”.

El autor, y a modo de reflexión inicial, describe el relato de una paciente: “Nunca nadie nos da esperanza. Cada
mensaje que recibimos es sobre nuestros problemas, sobre nuestra enfermedad, nuestras limitaciones. Cada
cosa que se nos da a leer está repleta de cosas negativas, de las consecuencias por no cumplir con el tratamiento,
de los efectos secundarios. Nunca nadie nos habla de nuestras fortalezas, de cómo cada día que nos levantamos
es un éxito para nosotros, o de lo que anhelamos poder tener días de alivio de nuestros problemas”.

Este relato, que impactó de forma notable en el autor, permitirá también encuadrar la íntima relación existente
entre la esperanza y recuperación. El tratamiento de la esperanza hunde sus raíces en la historia y en la propia
mitología. Existe un referente mitológico destacado, el mito de Pandora, que al abrir su caja dejó escapar todos
los males humanos. Todos menos uno; precisamente la esperanza. La esperanza era considerada otro de los
“males humanos”, pero posteriormente el pueblo griego advirtió, que sin esperanza la humanidad se llenaría de
desesperación. El mito justifica que no se puede renunciar a la esperanza.

La significada escritora Emily Dickinson (1830-1886), decía en uno de sus poemas: “la esperanza es una cosa
con plumas que se posa en el alma”. Por tanto, ofrecer un soporte firme para “una cosa con plumas y frágil”
es complejo, pero va a resultar fundamental. Transmitir un mensaje de esperanza no debe ser simplemente
un recurso a mano del discurso profesional. El mensaje debe acompasarse con una “acción”. Esta acción,
seguramente precisará de un cambio en la actitud profesional.

Las personas con TMG y sus familiares necesitan, como cualquier otra persona, tener esperanza y especialmente
esperanza en su recuperación. Y es por ello, que lo señalado por Stuart (2010) reviste especial importancia.
Escuchar, empatizar y comprender a usuarios/as y familiares son aspectos totalmente necesarios, pero no
suficientes. Es preciso también, que los profesionales actúen y que incorporen elementos cualitativos en dicha

326 Guía de intervención familiar en la esquizofrenia
   321   322   323   324   325   326   327   328   329   330   331