Page 82 - GUIA DE INTERVENCION FAMILAR EN LA ESQUIZOFRENIA
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mejora del bienestar y la salud mental de los menores que han sufrido abusos sexuales.

Se ha relacionado el efecto de las intervenciones psicosociales en el funcionamiento social de personas con
depresión y esquizofrenia, en ámbitos geográficos caracterizados por su nivel socioeconómico medio-bajo. Al
respecto, De Silva et al. (2013).

En este metaanálisis, se realiza una revisión de todos los ensayos controlados aleatorizados que evalúan la
efectividad de las intervenciones psicosociales en seis países: Chile, Brasil, China, India, Uganda y Turquía. Los
autores concluyen:

       •	 Que para personas con depresión: Las intervenciones psicosociales implementadas en ámbitos de
             asistencia ambulatoria y de atención primaria, son efectivas para mejorar su funcionamiento social y
             deben ser incorporadas a la práctica clínica habitual.

       •	 Que para personas con esquizofrenia: Hay una ausencia de pruebas y ensayos de calidad, aunque
             señalan que la generalización de sus hallazgos está limitada por la sobrerepresentación de los ensayos
             realizados en poblaciones de pacientes de China.

En línea similar, cabe destacar la aportación de Brooke-Sumner et al. (2015). Esta revisión sistemática, analiza
la aceptabilidad y pruebas de viabilidad de los tratamientos psicosociales en países de ingresos medio-bajos.
Se revisan estudios realizados en: China, Polonia, Turquía, Egipto, Chile, India, Brasil, Tailandia, República Checa,
Sudáfrica. Los autores parten de la hipótesis, de que la investigación al efecto indica adecuados niveles de
aceptabilidad para este tipo de intervenciones, pero que se carece de pruebas suficientes sobre su viabilidad
y factibilidad. Realizan búsquedas múltiples en diversas bases de datos. Los estudios incluidos sugieren
importantes beneficios para estas intervenciones en una variedad de resultados. Sin embargo, los factores
relacionados con la viabilidad-factibilidad e implementación de estos tratamientos, tales como: la formación de
profesionales, su apoyo y supervisión, y el cálculo de costes, sigue suponiendo un vacío y reto importante para
su desarrollo. Todos estos factores de implementación están directamente afectados por la disponibilidad de
recursos; financieros, humanos, etc. Por ejemplo, un reto importante parece ser mantener el contacto con los
participantes a través del tiempo. Esto puede ser particularmente relevante para las personas con esquizofrenia
que pueden sufrir recaídas y rehospitalizaciones, y cuyas familias se enfrentan a múltiples factores de estrés
como: la falta de apoyo de otros miembros de la familia, su estado de salud físico-psicológica, la pobreza o la falta
de acceso a los servicios. En relación con la aceptabilidad, las intervenciones psicosociales para la esquizofrenia
parecen ser generalmente bien aceptadas por los pacientes y sus familias, y resultan indicadas por sus niveles
moderados-altos de participación.

Los autores enfatizan en la necesidad de atender a la “comprensión del contexto”, en el que son realizadas
estas intervenciones psicosociales. Señalan que, algunos elementos de las intervenciones psicosociales tales
como la “actitud empática” y colaborativa de los profesionales hacia los usuarios/as y familiares, pueden ser
universales. Sin embargo, otros elementos tales como la emoción expresada, puede variar entre los distintos
grupos socioculturales. Esto indica, la necesidad de adaptar las intervenciones teniendo en cuenta los distintos
niveles formativos y experienciales. Así, por ejemplo, en entornos de bajos recursos uno de los esfuerzos debe
dirigirse a cómo hacer accesible el contenido del material psicoeducativo a aquellos usuarios/as y familiares
que no saben leer o escribir, o con muy bajo nivel de instrucción. En el trabajo se señala, que existen barreras
importantes relacionadas con la aceptabilidad y factibilidad de estas intervenciones que pueden dificultar la
participación. Entre ellas:

       •	 La influencia del estigma.

       •	 Ser identificado como una persona con TMG, o tener un familiar con TMG.

       •	 Las múltiples funciones y responsabilidades de los cuidadores.

Concluyen, que es necesario realizar más estudios de intervención correctamente diseñados que incorporen
medidas de aceptabilidad-factibilidad, y desarrollar instrumentos para medir la aceptabilidad y viabilidad en los
diversos entornos culturales

En el conjunto de intervenciones psicosociales basadas en la evidencia, tal y como señalaban Mueser et al. (2013),
la psicoeducación familiar ocupa un lugar destacado. Su efectividad ha sido descrita en diversas aportaciones.
En nuestro ámbito, Mayoral (2014). El trabajo se estructura en dos bloques:

       •	 En el primero, se realiza una revisión de los distintos formatos psicoeducativos familiares y de los
             estudios sobre su efectividad, recogiendo para cada uno de ellos las aportaciones realizadas desde la
             investigación, y que el autor clasifica de la siguiente forma:

       •	 Estudios que comparan las intervenciones psicoeducativas familiares (IFP) con el tratamiento estándar.

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