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Juan González Cases, Francisco González Aguado, Alberto Fernández Liria y Beatriz Rodríguez Vega
– En cada una de las áreas de funcionamiento explora- – El registro: nos daría una medida cuantitativa de la
das el entrevistador deberá sondear los deseos de ejecución de uno o varios comportamientos (en fre-
cambio o mejora del sujeto. Con esta estrategia ire- cuencia, intensidad, duración y/o pertinencia). Debe
mos completando un mapa de motivaciones más ope- ser diseñado por el profesional o en colaboración con
rativo para utilizarlo posteriormente en la elabora- el usuario, y puede ser cumplimentado por el propio
ción del plan de rehabilitación y durante el proceso usuario, su familia, otros profesionales, etc. Se debe
de evaluación. asegurar que el registro es pertinente o útil, que es
entendido por la persona que lo va a cumplimentar y
– La información dada por el paciente debe ser com- que no es excesivamente costoso de rellenar.
plementada por otra que nos den personas de su
entorno. Lo más habitual es que estos otros infor- – Las escalas y cuestionarios: instrumentos estandariza-
mantes sean familiares pero no se debe desechar a dos que se desarrollarán en otros capítulos de este
otras posibles fuentes de información: amigos, profe- manual.
sionales sanitarios, profesores, etc. A los familiares
directos, con los que convive el usuario, se deberá Como ya se ha señalado anteriormente, las entrevistas
entrevistar con el objetivo complementario de conse- de evaluación inicial, no deben prolongarse excesivamente
guir con ellos una buena relación y enganche que y deberán finalizar cuando se tengan suficientes datos
facilite el futuro desarrollo de todo el proceso de como para formular una propuesta de plan individualiza-
rehabilitación. do de rehabilitación. La fórmula utilizada para finalizar las
entrevistas de evaluación inicial es comentando al usuario
– Hay que tener especial cuidado en saber con antela- y la familia que ya se tienen datos suficientes para la con-
ción a las entrevistas con el paciente áreas especial- fección del Plan Individualizado de Rehabilitación y ade-
mente aversivas o problemáticas para éste. Al menos lantando que en el futuro será necesario profundizar en
en los primeros momentos de la relación profesional- algunos temas para poder definir la intervención.
usuario es conveniente no abordarlas o tratarlas
superficialmente y retomar estas cuestiones escabro- Bibliografía
sas en el futuro cuando no sean una amenaza para el
enganche con el usuario. 1. Fernández Liria A, Rodríguez Vega B. Habilidades de entrevista
para psicoterapeutas. Desclée de Brouwer. Bilbao, 2002.
– Cuidar que el usuario y su familia sientan que pue-
den hablar con libertad y elaborar su propio «relato», 2. Llavota Uribelarrea LM. La entrevista conductual. En Labrador F,
sin interrupciones continuas del profesional o some- Cruzado JA y Muñoz M (ed) Manual de Técnicas de Modificación
tidos a un exagerado número de preguntas. de Conducta. Ed Pirámide, 1995; pp. 71-114.
– No mezclar en la entrevista cuestiones referidas a la 3. Wachtel PL. La comunicación terapéutica. Principios y práctica
evaluación en sí con consejos o instrucciones profe- eficaz. Desclée de Brouwer. Bilbao, 1996.
sionales sobre el área que se está explorando4. Parece
más indicado diferenciar claramente si se está en un 4. Knapp ML. La comunicación no verbal. El cuerpo y el entorno.
momento de evaluación o de intervención. Paidós Comunicación. Barcelona, 2001
Para complementar la información obtenida en las 5. Argyle M. Bodily Communication. Internacional Universities
entrevistas es frecuente recurrir a otros métodos de evalua- Press. New York, 1975.
ción que de forma combinada permite una recogida de
información más objetiva y extensa. Se establecerá un 6. Laplanche J, Pontalis J-B. Diccionario de Psicoanálisis. Labor.
mayor rango de técnicas de evaluación en función del pro- Barcelona, 1993.
pósito de la evaluación y de la disponibilidad de tiempo y
de otros colaboradores (profesionales, familiares, etc.)16: 7. Moliner M. Diccionario de uso del español. Tomo II. Gredos.
Madrid, 1994.
– La observación: nos permite recoger información
directa del funcionamiento del usuario y la familia. 8. Safran JD, Muran JCh. La alianza terapéutica. Una guía para el
Esta observación la podemos realizar en diferentes tratamiento relacional. Desclée de Brouwer. Bilbao, 2005.
contextos: durante la propia entrevista, en la sala de
espera, en algún grupo, en el domicilio del usuario, 9. Rodríguez González A (Coord.): «Rehabilitación psicosocial de
en la calle, etc. Se pueden utilizar a otros observado- personas con trastornos mentales crónicos». Madrid: Editorial
res previo adiestramiento de los elementos y formas Pirámide S.A.,1997
de observar (profesionales, familiares, voluntarios,
etc.). Aunque la observación puede estar mediada por 10. Fernández J, González Cases J, Mayoral F, Touriño R. Evaluación
el hecho de ser y sentirse observado, parece una funcional en rehabilitación psicosocial. Métodos e instrumentos.
medida muy fiable del funcionamiento del usuario. En Gisbert Aguilar C (coord.): Rehabilitación psicosocial y trata-
Puede ser especialmente útil para complementar la miento integral del trastorno mental severo. Madrid: AEN 2003,
evaluación de las habilidades sociales con grupos de pp. 57-106.
iguales (observación en sala de espera o grupos, por
ejemplo) o con familiares (observación en sesión de 11. Fernández Blanco JI, Fernández y Fernández J, González Cases J
entrevistas conjunta de usuario y familia, y en el y Orviz García S. Consideraciones sobre el Plan Individual de
domicilio). La observación está especialmente indica- Rehabilitación de personas con trastornos mentales crónicos.
da cuando el usuario es poco participativo11, incapaz Revista de la AMRP 2002; 8(14): 5-9.
de responder adecuada y fiablemente a entrevistas, o
se muestra poco colaborador. 12. Kuehnel TA, Liberman RP. Functional Assessment. En Liberman
RP (ed). Psychiatric rehabilitation of chronic mental patients.
American Psychiatric Press 1988, pp. 59-116.
13. Liberman RP. Handbook of psychiatric rehabilitation. New
York, Pergamon Press (Elsevier) 2001
14. Beck A, Freeman y cols. Terapia cognitiva de los trastornos de
personalidad. Barcelona, Ed Paidos 1995.
15. Otero V. Plan Individualizado de Rehabilitación. En Rebolledo S
(ed) Rehabilitación psiquiátrica. Universidad de Santiago de
Compostela 1997, pp. 93-96
16. Hall JN. Psychological Assessment. En Wing JK, Morris B
(com) Handbook of psychiatric rehabilitation practice. Oxford
University Press 1981.
17. Liberman RP. Rehabilitación integral del enfermo mental cróni-
co. Barcelona, Ed Martínez Roca 1993.
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